Iglesia Católica: la familia sólo se funda en el matrimonio heterosexual que busca la procreación
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Insistió además con que “no condena a las personas homosexuales”, pero sí a sus conductas, por lo que llamó a las parejas del mismo sexo al “sacrificio de una vida casta” y calificó a la igualdad legal de derechos como una «ideología populista”.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) volvió a pronunciarse contra los derechos de toda composición familiar distinta al matrimonio heterosexual que no tenga por fin la procreación, llegando al extremo de pedir a las parejas del mismo sexo que vivan en castidad y de calificar a la igualdad legal de derechos como “una ideología populista”.
En efecto, en un mensaje denominado “La vida y la familia: regalos de Dios para cada uno de nosotros”, la CECh se pronunció ayer sobre el ““aborto terapéutico”, el “acuerdo de vida en pareja” y las “uniones homosexuales” llamadas por algunos “matrimonio igualitario”.”
Sostuvo que la unión entre personas del mismo sexo “no tiene la estabilidad propia del matrimonio que, en la enseñanza bíblica posee dos notas características e inseparables: su aspecto unitivo (varón y mujer) y su vocación a la procreación”.
Junto con rechazar que la unión legal entre personas del mismo sexo pueda llamarse matrimonio, la Iglesia añadió en un claro mensaje a las parejas homosexuales que “todo proyecto de vida humana tiene que regirse por la voluntad de Dios (…) Para unos y otros, implica no pocos sacrificios llevar una vida pura, casta y transparente, en que podamos madurar en el ejercicio de nuestra afectividad.
Puntualizó que sólo las familias unidas en matrimonio heterosexual son “la célula básica de la sociedad” y manifestó temor porque la discusión sobre las uniones del mismo sexo se hagan “desde la ideología o desde un cierto populismo, sin contactarnos con las realidades existenciales que están en juego”.
El polémico mensaje fue firmado por el presidente de la CECh, Ricardo Ezzati, por los obispos Alejandro Goic e Ignacio Ducasse y por los arzobispos Fernando Chomalí y Cristián Caro.
Sobre la materia, el Movilh replicó que la “única ideología aquí existente es el fundamentalismo que pretende imponer desde la moral y las leyes una sola forma de construir familias: el matrimonio heterosexual que tenga por fin la procreación. Con esto se insulta gratuitamente a las parejas del mismo sexo y a los convivientes heterosexuales que no están casados y/o que están unidos en matrimonio pero no quieren o no pueden tener hijos”.
Añadió que “cuando la Iglesia Católica se dirige a los homosexuales para hablar “de los sacrificios de una vida casta” , lo único que está buscando es que las parejas del mismo sexo vean castradas su sexualidad, su amor y la igualdad de derechos, lo que violenta la dignidad humana. Si las sacerdotes han decidido ser célibes, es su opción, pero bajo ningún punto de vista la iglesia debe imponer su realidad al resto de la población”.
Al mismo tiempo lamentó que la Iglesia “continué intentando interferir en el Estado laico con declaraciones que denigran a las familias homoparentales y consideran a las parejas dl mismo sexo como ciudadanos de segunda categoría”.
El Movilh puntualizó que “la CECh persiste con un lenguaje odioso, pero ahora además distante del estilo más suave del Papa Francisco y contrario a la opinión de algunos sacerdotes chilenos, como es el caso de Felipe Berríos. Esto es esperanzador, pues implica que la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica se está quedando atrás ahora también interior de su propio sector”.
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