El 88% de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales dice que el Estado discrimina a la diversidad
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Más del 10 por ciento tiene hijos/as, más del 50 por ciento no adhiere a ninguna religión y da gran relevancia a la aprobación de la ley contra la discriminación y a las uniones hecho y, en menor medida; aunque también mayoritaria; a un norma de identidad de género, al matrimonio y la adopción. La casi totalidad estima además que el Estado discrimina a la diversidad sexual.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y la Fundación Progresa lanzaron hoy una encuesta sobre derechos y discriminación aplicada a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT), cuyos principales resultados se exponen a continuación:
La discriminación y sus variadas formas de expresión
El estudio arrojó que el 52.7 por ciento la población LGBT ha padecido algún tipo de discriminación directa (verbal, física y amenazas) en razón de su orientación sexual o identidad de género, cifra que se eleva al 58.1 por ciento al considerar sólo a transexuales y al 57.4 por ciento en el caso de las lesbianas, llegando al 49.1 por ciento en los gays, y al 48.8 por ciento en bisexuales.
La mayoría de los casos de discriminación directa e individual corresponde a agresiones verbales (74.2 por ciento), seguido por la violencia física (20.5 por ciento) y las amenazas (1.4 por ciento), identificándose como los principales lugares o responsables de estos hechos a “desconocidos en la calle” (20 por ciento), compañeros de estudios, amigos, familiares y vecinos (11 por ciento), internet (8 por ciento), policía y colegas de trabajo (7 por ciento), guardias y religiosos (5 por ciento), docentes (3 por ciento) y funcionarios de instituciones públicas y de salud (2 por ciento), entre otros.
Con todo la gran mayoría, el 88 por ciento, estima que el Estado de Chile discrimina a las minorías sexuales “principalmente por la ausencia de leyes o políticas que los consideren en igualdad de condiciones, por la invisibilidad del tema en la mayoría de los discursos de las autoridades y por la emisión de discursos homofóbicos o transfóbicos por parte de diversos personeros”, señalaron Movilh y Progresa.
El estudio explicó además que la homofobia y transfobia supera el 70 por ciento cuando se analiza la propia inhibición de las minorías sexuales para expresar su identidad de género u orientación sexual, lo que constituye una exclusión menos explícita que las agresiones verbales, físicas o amenazas, pero no por ello menos grave, toda vez que daña la calidad de vida de este sector social.
Así, por ejemplo, un altísimo 72.1% siente “poco y nada” de libertad para besarse con su pareja en espacios públicos, como el metro; o de hablar públicamente sobre su orientación sexual o identidad de género, como ocurre con el 53.1 por ciento.
“La libertad sólo incrementa cuando se participa de manifestaciones públicas, en especial si se trata de la defensa de los propios derechos. Así es como el 61.6 por ciento está “bastante o muy de acuerdo” con la afirmación de sentirse libre en dichos espacios, lo que implica que la movilización social está asociada a una internalización más genuina sobre la necesidad de ejercer y hacer valer derechos”, apuntó el estudio.
La investigación reportó además que la “población LGBT está más dispuesta a comentar su identidad de género u orientación sexual a sus amigos/as (58.5 por ciento), seguido por sus familiares sanguíneos (45.7 por ciento) y sus compañeros de trabajo o estudios (32.6 %), situación demostrativa de que la salida del armario tiene directa relación con la seguridad o miedo de la diversidad sexual en torno a sentirse acogida o sancionada, en forma respectiva”.
Con todo, sólo el 7.4 por ciento de la población LGBT que ha padecido discriminación “ha denunciado los atropellos en instituciones públicas, lo que implicaría: a) desconfianza en el Estado o en sus autoridades a objeto de resolver estos problemas, b) una internalización de la homofobia y la transfobia como algo cotidiano, que tendería a aceptarse o justificarse como “normal”, c) temor a que las denuncias visibilicen la vida privada de las personas”.
“Anualmente, y como promedio, se conocen públicamente unas 72 denuncias o casos de discriminación basado en la orientación sexual o la identidad de género, lo que explicita la existencia de una gran cifra negra”, apuntó la investigación.
Hijos/as y religión
El 10.08 por ciento de la población LGBT declara tener hijos/as y, de esta, la mayoría, el 62.5 por ciento, cuenta con la custodia plena o compartida. “Ello implica que existe una intervención sistemática y periódica de la mayoría de la población LGBT para incidir en la crianza y cuidado de sus hijos/as que ha sido regulada satisfactoriamente ya sea desde el punto de vista legal y/o familiar tras acuerdos con el otro/a progenitor/a o sus representantes”, apuntó el Movilh.
En tanto las mujeres; lesbianas, bisexuales o transexuales; tienen más hijos/as que los hombres (gays, bisexuales o transexuales). Además la mayoría de las mujeres (82.3 por ciento) tiene la custodia plena o compartida de sus hijos/as, a diferencia de los hombres que son minoría (33.3 por ciento), añadió la investigación.
El estudio también reportó que el porcentaje LGBT adherente a alguna religión ha mermado significativamente en la última década.
En efecto, un estudio efectuado en el 2002 por el Movilh había arrojado que el 50.4 por ciento de la población LGBT se declaraba católica, el 6.3 por ciento evangélica, mientras que el 6 por ciento se identificaba con otras religiones. En tanto, sólo el 37.3 no adheriría a ninguna religión.
En cambio, en la investigación lanzada hoy reportó que el 58.9 por ciento no adhiere a ninguna religión, el 31 por ciento a la católica, el 5.4 por ciento a la evangélica, mientras que el 2.3 por ciento se declara agnóstico, entre otros porcentajes, “lo que evidencia un espíritu más crítico frente a los postulados de estas doctrinas en torno a la diversidad sexual”.
Legislación
Para la gran mayoría de la población LGBT todas las leyes por la igualdad demandadas por el movimiento de minorías sexuales y que se encuentran en tramitación parlamentaria son “bastante o muy importantes”.
El mayor grado de importancia, que bien se puede interpretar como el nivel de urgencia que se da para ser aprobada, es hacia la ley contra la discriminación (98 por ciento), seguida por las de unión civil (89.1 por ciento), de identidad de género (84.7 por ciento), de igualación de la edad de consentimiento sexual (82.7 por ciento), de matrimonio (82.5 por ciento) y de adopción (74.2 por ciento).
“Los resultados de esta investigación constituyen un llamado a todas las autoridades del Estado y a la sociedad como conjunto respecto a la necesidad de avanzar aceleradamente hacia la igualdad plena, a objeto de mejorar la calidad de vida de quienes han sido históricamente discriminados”, puntualizaron el Movilh y Progresa.
El estudio probabilístico fue aplicado a 258 personas de entre 13 y 55 años de la Región Metropolitana.
Estudio con principales resultados
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