Encuesta nacional: el 58% de las personas LGBTIQ+ ha sido víctima y el 83,6% testigo de los discursos de odio
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Las personas LGBTIQ+ identifican a las redes sociales como el mayor canal de difusión de los discursos de odio (88,4%) y a las iglesias como las principales responsables (81,8%). Además, el 83,5% considera que la democracia es el mejor régimen para garantizar sus derechos. Esos y otros resultados son parte de inédito sondeo “Derechos LGBTIQ+, democracia y discursos de odio en Chile”.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) publicó hoy los resultados de la primera encuesta nacional en medir el impacto de los discursos de odio en las personas LGBTIQ+, así como la valoración que el sector hace de la democracia y su posicionamiento frente a las próximas elecciones de gobernadores/as, consejeros/as regionales, alcaldes/as y concejales/as.
La encuesta “Derechos LGBTIQ+, democracia y discursos de odio en Chile”, desarrollada con el apoyo de Outright International, fue aplicada a personas de todas las regiones del país.
Entre otros, el sondeo arrojó que la mayoría de las personas no está dispuesta a dar su voto a un/a candidato/a que les niegue derechos, pero tampoco a uno/a solo por ser LGBTIQ+, pues lo más importante son las propuestas y no las orientaciones sexuales o identidades de género de los aspirantes a cargos públicos
El sondeo también dio cuenta de que la mayoría de las personas LGBTIQ+ ha sido víctima y testigo de discursos de odio y que tienen una alta valoración de la democracia, .mientras que el concepto más representativo del sector es “diversidades sexuales y de género”, muy alejado del de “disidencias” que interpreta a un porcentaje mínimo.
Del mismo modo, la encuesta arrojó el nombre de los partidos por los cuales una parte de las diversidades sexuales y de género ya tienen clara preferencia para las próximas elecciones y la evaluación que hacen de los tres poderes del Estado.
El concepto que más auto-identifica
Uno de los resultados más novedosos del sondeo son los conceptos que las personas LGBTIQ+ consideran como los más apropiados y representativos para autodenominarse y englobar a todo este grupo humano, sin excluir a otros.
La denominación más representativa es la de “diversidades sexuales y de género”, preferida por el 53,1% y seguida por los conceptos “personas LGBTIQ+” (20,9%), “comunidad LGBTIQ+” (15,4%) , “población LGBTIQ+ (4,1%) ” y “disidencias sexuales y de género” (3,3%). El 3,2% “no sabe”
La vocera del Movilh, Javiera Zúñga, explicó que “se aprecia que las diversidades sexuales y de género se sienten mejor representadas por denominaciones más neutrales, que las engloben a todas, en vez de aquellas que tienen alguna carga ideológica o política, como ocurre con “disidencias”, o que transmitan la idea de que son un bloque homogéneo, sin diversidades o diferencias internas, como podría suceder con la palabra “comunidad” y eventualmente con “población”. Tampoco se prefiere a aquellas palabras que no logran mencionar explícitamente todas las identidades, como podría interpretarse con el concepto “personas LGBTIQ+”.
Añadió que “sin duda este reconocimiento de la propia diversidad interna, y la necesidad de dar voz o representación a todas las diversidades sexuales y de género en las denominaciones, explica en buena parte la variedad de resultados que han arrojado este y otros estudios”.
Candidatos/as ¿preferencia por quienes son LGBTIQ+?
Frente a la pregunta “¿estarías dispuesto/a a dar tu voto a algun/a candidato/a que niegue derechos LGBTIQ+, pero promueva otros derechos que para ti o el país son importantes?”, el 77,5% señala que no; el 10,1%, sí y el 12,4% “no sabe”
Sin embargo, el 61,8% tampoco estaría dispuesto a dar su voto a un candidato solo porque apoye derechos LGBTIQ+, si es que en otros temas no los representa. El 14,6% señala que sí y el 23,6% no sabe.
“Estos resultados indican que la mayoría no está por dar su voto a quienes nieguen derechos a las diversidades sexuales y de género, pero tampoco les basta con que apoyen tales derechos. Lo que decide mayoritariamente el voto del sector, en otras palabras, es el apoyo a los derechos LGBTIQ+, pero acompañado de propuestas claras de los/as candidatos/as frente a temas-país, como pueden ser la economía, la democracia, la cultura o los derechos sociales, por ejemplo”, señaló Zúñiga.
Muy en concordancia con ello la mayoría de las personas (86,3%) no estaría dispuesta a dar su voto a un/a candidato/a solo porque es LGBTIQ+, a diferencia del 7,5% que sí lo haría. A su vez, el 6,2% no lo sabe.
Lo anterior se basa en la convicción de que “da la mismo la orientación sexual o identidad de género de candidatos/as o autoridades para garantizar derechos a las personas LGBTIQ+” , pues el cumplimiento o no de sus promesas depende de otros factores, según el 71,3%. Por el contrario, el 27,5% si cree que solo “una persona LGBTIQ+ garantizaría de mejor manera que una hetero/cisgénero” el respeto a sus derechos, sea cuales sean sus propuestas. Solo un 1,2% considera que “una persona heterosexual/cisgénero” lo haría mejor.
En relación a las autoridades LGBTIQ+ electas en las pasadas elecciones, el 34,8% no sabe sí han cumplido o no sus promesas con la diversidad sexual y de género. El 43% cree que “solo algunas” han cumplido”, el 13% que “ninguna ha cumplido” y el 9,2% que “todas han cumplido”.
Mayoritario impacto de los discursos de odio
La mayoría de las personas LGBTIQ+ ha sido víctima o testigo de los discursos de odio e identifica a las redes sociales como el principal lugar donde se expresan o transmiten y a las iglesias como la mayor responsable de esas declaraciones.
Las personas LGBTIQ+ consideran además que el Estado no ha hecho lo suficiente para prevenir y enfrentar los discursos de odio, por lo cual una mayoría demanda leyes o campañas para erradicarlos.
En efecto, el 83,6% dice haber sido testigo de discursos de odio contra las personas LGBTIQ+ y el 16,4% no, mientras el 58% reporta que al menos una vez en su vida uno o más discursos de odio impactaron negativamente en su propia calidad de vida. El 34,9% no ha sido víctima directa y el 7,1% no lo sabe.
Por ello, el 84,3% estima que los discursos de odio impactan negativamente la calidad de vida de las personas LGBTIQ+ (el 10,9% cree que no y el 4,8% no sabe) y el 79,3% considera que obstaculizan la participación política, social y cultural de las diversidades sexuales y de género (el 15% cree que no y el 5,7% no sabe).
Los lugares donde con mayor frecuencia han visto u oído discursos de odio contra las personas LGBTIQ+ son las “redes sociales, internet” (88,4%), seguidas por “al interior de las familias” (61%); en los medios de comunicación (56,5%), en “espacios públicos y abiertos” (49,7%); en “espacios educacionales” (48,1%), en el transporte público (43,5%), en el trabajo (39,6%), en reuniones de amigos o vecinos (37,8%), en instituciones públicas (36,4%), en instituciones privadas (31,9%), en bares o discotecas, cafeterías o restaurantes (30,1%), en marchas o eventos masivos (26,9%) y otros (21,2%)
El 81,8% identifica como las principales responsables de los discursos de odio contra las personas LGBTIQ+ a las iglesias, seguidas por los políticos anti-derechos (73,1%), las organizaciones sociales anti-derechos (58,5%), los medios de comunicación (53,3%) y las Fuerzas Armadas, de Orden o Seguridad (47,4%).
Dado que para el 73,8% las personas LGBTIQ+ “no están lo debidamente protegidas de los discursos de odio en Chile”, para el 87,1% es “muy” importante” (78,4%) o “algo importante” (8,7%) que el Estado apruebe una ley para sancionarlos y para el 88% es “muy importante” (80%) o algo “importante” (8%) que el Gobierno genere campañas o políticas públicas para prevenirlos.
Aún cuando 81,4% cree que el impacto de los discursos de odios es muy grave (55,9%) o grave (25,5%); solo el 39% considera que el Estado es consciente del negativo efecto de dichas declaraciones para el ejercicio de derechos de las personas LGBTIQ. Un 39% cree que no es consciente y el 22% no sabe
Finalmente, el 38,5% estima que en los últimos dos años los discursos de odio han aumentado en Chile; el 37,8% que se han mantenido igual y el 23,7% que han disminuido. A la par, el 49,4% cree que los “discursos amigables y favorables a los derechos humanos de las personas LGBTIQ han aumentado, el 30,3% que se han mantenido igual y el 20,3% que han disminuido.
Alta valoración de la democracia
La mayoría de las personas LGBTIQ+ tiene una positiva valoración de la democracia y la considera como el mejor régimen para garantizar sus derechos, aunque advierte que tal sistema se está debilitando, enfrenta problemas o no está funcionando bien. En dicho contexto, solo para una minoría en Chile “existe democracia plena” y un porcentaje mayor al 10% estima que en algunas circunstancias sería preferible un régimen autoritario.
Así es como para 74% ”la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”; para el 11,4% “en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático” y para el 5,7% “da lo mismo si es un régimen es autoritario o democrático”. El 8,9% no sabe.
Con todo, el 83,5% cree que un régimen democrático es el mejor para garantizar los derechos LGBTIQ; a diferencia del 4,1% que se inclina por un régimen autoritario y el 12,4% no sabe.
Frente a la afirmación “en vez de tanta preocupación por los derechos de las personas lo que este país necesita es un gobierno firme que combata la delincuencia”, el 26,4% está muy de acuerdo (17,3%) o de acuerdo (9,1%); el 47,2% muy en desacuerdo (18.2%) y en desacuerdo (29%). El 26,4% no está de acuerdo, ni en desacuerdo.
En torno a la consulta “¿estarías dispuestos/a a que se limitara por un tiempo tu libertad de expresión si es que ello baja los niveles de delincuencia y trae un mayor orden para Chile?», el 17,3% está muy de acuerdo (9.3%) o de acuerdo (8%); el 69% muy en desacuerdo (37,1%) o en desacuerdo (31,9%). El 13,7% no está de acuerdo, ni en desacuerdo.
Además, el 57,1% advierte que en Chile hay una democracia con “serios problemas” y el 26,7% con “problemas menores”. Solo un 5,7% cree que en Chile hay “democracia plena” y el 6,6% estima que “no hay democracia”. El 3,9% no sabe
Como consecuencia, el 38,6% está “muy” (15,5%) o “algo” (23,1%) insatisfecho con el funcionamiento de la democracia, el 36,7% “muy” (6,8%) o “algo” (29,9%) satisfecho y el 24,7% ni “satisfecho, ni insatisfecho”.
Resume las cifras anteriores el hecho de que el 66,7% cree que en Chile “se está debilitando la valoración de la democracia como régimen de Gobierno”. El 15,1% estima que no y el 18,2% “no sabe”.
Evaluación del Estado
En torno a la valoración de los poderes del Estado, ni Ejecutivo, ni el Legislativo, ni el Judicial generan mayoritaria confianza.
Las desconfianzas son mayores y las confianzas menores en el Poder Judicial, seguido por el Legislativo y el Ejecutivo.
El 37,9% tiene mucha (14,2%) o algo (23.7%) de confianza en el Gobierno; el 37,4% mucha (24,4%) o algo (13%) de desconfianza; el 22,6% “ni confianza, ni desconfianza” y el 2,1% no sabe.
El 66,1% tiene mucha (39.9%) o algo (26.2%) de desconfianza en el Congreso Nacional; el 11.8% mucha (0.9%) o algo (10,9%) de confianza; el 18,2% ni confianza, ni desconfianza y el 3,9% no sabe
El 71,3% tiene mucha (52,2%) o algo (19,1) de desconfianza en el Poder Judicial y los tribunales; el 13,9% mucha (2,7%) o algo (11,2%) de confianza; el 12,5% ni confianza, ni desconfianza y el 2.3% no sabe
Elecciones: interés por votar y preferencia por partidos
Respecto a las elecciones o plebiscitos en Chile, el 59% afirma que “soy una persona que siempre vota”, el 14,9% que “generalmente vota”, el 6,9% que ha votado “en pocas elecciones” y el 4,1% “nunca vota”. En tanto, el 15,1% no ha votado porque en las últimas elecciones aún no cumplía 18 años.
El 77,6% tiene decidido votar en las próximas elecciones; el 11% no lo sabe aún y el 1,6% no participará de los comicios. El 9,8% no votará por no alcanzar a cumplir los 18 años.
El 19,9% dice que votará por candidatos del Frente Amplio; seguido por independientes (11,5%); PS-PPD (5,9%), Republicanos-Partido Social Cristiano (5,7%), PC (5%), UDI-RN (3,7%); Demócratas-DC-Amarillos-Evópoli (3%), PDG (0,9%) y otros 5.5%. El 38,9% no sabe.
Para el 85,6% es “muy importante” que los candidatos a cargos públicos apoyen los derechos LGBTIQ+, para el 5,9% “poco importante” y para el 7,8% “nada importante”, mientras que el 0,7% no sabe.
De la misma manera, para el 84,2% es “muy importante” que los candidatos se posicionen contra los discursos de odio, para el 5,7% “poco importante”, para el 7,1% “nada importante” y el 3% “no sabe”.
En tanto, el 70,7% cree que las personas LGBTIQ+ “no están lo necesariamente representadas en la toma de decisiones estatales y políticas”, mientras el 17,6% estima que sí y el 11,7% no sabe.
Datos generales de la encuesta
La encuesta fue aplicada entre 23 de julio y el 4 de septiembre pasado a 520 personas, siendo su margen de error del +/-4,3% y su nivel de confianza del 95%
El 38,4% de las personas encuestadas se identifica con el género femenino; el 49%, con el masculino y el 12,6% es no binarie.
En torno a la orientación sexual, el 36,2% es gay; el 20,8%, bisexual; el 18,8%, lesbiana; el 11%, pansexual; el 6,6%, heterosexual; el 3,2%, asexual, y el 3,4% “otra”.
Sobre la identidad de género, el 18,1% se declara trans, de los cuales el 9,5% es masculino; el 3,9% femenina y el 4,7%, no binarie. Además el 2,7% es intersex. De estas personas, el 0,5% es intersex femenina; el 0,2%, masculino y el 2% no binarie.
El 12,1% tiene 17 años o menos; el 37,8% entre 18 y 29 años; el 30,7%, entre 30 y 39 años; el 13% entre 40 y 49 años; el 4,3% entre 50 y 59 años; el 1,6% entre 60 y 69 años; y el 0,5%, más de 70 años
En cuanto a la distribución geográfica, el 0,5% vive en la Región de Arica; el 0,8% en Tarapacá; el 1,2% en Antofagasta; 1,5% en Atacama, el 5,3% en Coquimbo; el 9,8% en Valparaíso; el 3,4% en O`Higgins; el 3% en el Maule; el 1,8% en Ñuble; el 6,6% en Biobío; el 4,8% en La Araucanía; el 5,1% en Los Lagos; el 3,4% en Los Ríos; el 0,5% en Aysén; el 0,7% en Magallanes y el 51,6% en la R.M.
Finalmente, el 96,3% es nacionalidad chilena; el 1,8%, venezolana; el 0,9%, colombiana, el 0,2%, brasileña, y el 0,8%, otra.
*Todos los resultados de la encuesta se encuentran aquí