El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) expresó ayer un nuevo repudio contra las declaraciones del ex senador Sergio Diez, quien al rechazar una vez más la regulación de las convivencias entre personas de igual y distinto “refleja una “persistencia homofóbica basada en la ignorancia, el prejuicio y el odio.
En una columna publicada en El Mercurio, Diez sostuvo que en las propuestas de ley sobre vínculos de hecho se “rebajan los requisitos a tal punto que permiten meter en una misma definición a las uniones heterosexuales y homosexuales”, lo cual es su juicio es inaceptable por ser la procreación el único fin válido para las parejas, además de asociar a la regulación de las convivencias con la poligamia y la esclavitud.
“Diez habla desde el absoluto prejuicio y la ignorancia, desde temores infundados que llegan al extremo absolutista y totalitario de considerar a cualquier unión de parejas no acorde a sus principios como “inestables y caprichosas” y como una “distorsión y desnaturalización de la familia”, apreciaciones que constituyen una ofensa gratuita para las diversas formas de amar que son una realidad en Chile. Una realidad de la cual el Estado tiene la obligación de hacerse cargo”, apuntó el Movilh.
Diez advierte además “peligros” en las demandas de lo que llama “lobby homosexual” sobre la adopción y el matrimonio, lo que para el Movilh significa “una campaña del terror carente de todo sustento científico y social. Nunca ninguna investigación, ni tampoco la experiencia en otros países, ha demostrado que el matrimonio o la adopción por parte de parejas homosexuales hubiesen debilitado a la familia o perjudicado a la sociedad”.
“La gran debilidad de argumentaciones como las de Diez es que nunca han dicho cómo, cuándo y donde se han producido problemas para la familia y la sociedad producto del reconocimiento de derechos para parejas homosexuales. Es tal odio de estas afirmaciones que sólo en la irracionalidad o en los fundamentalismos encuentran explicación”, apuntó el Movilh.
El organismo llamó por último a las autoridades políticas de todas las tendencias a “no dejarse secuestrar por la ignorancia y los prejuicios. En Chile y en cualquier parte del mundo todas las creencias y valores pueden vivir en armonía y paz, sin necesidad de que ello pase por impedir que la igualdad de derechos sea efectiva, y sin discriminaciones de ningún tipo”.
Notas relacionadas: