Mientras en Santiago Carabineros reprimió las contra- manifestaciones de los movimientos LGBTI, en Valparaíso se garantizó la libertad de expresión. El vehículo fue rechazado por alcaldes, parlamentarios, casas académicas, gremios y por el Bus de la Diversidad (en la foto)
Violencia, discursos de odio, detenidos, calumnias y ofensas contra las personas en razón de su orientación sexual e identidad de género fue el resultado del paso del Bus del Odio por Santiago, Recoleta, Puente Alto, Vitacura y Valparaíso, siendo la campaña rechazada por variadas autoridades y grupos sociales, entre esos el Movilh y Miles, que respondieron con el denominado “Bus de la Diversidad”.
Pese a las insistentes advertencias del movimiento de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) respecto a que el Bus del Odio generaría situaciones lamentables, el vehículo pudo desarrollar durante 4 días su polémica campaña dirigida contra políticas públicas y leyes antidiscriminatorias, así como contra el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y especialmente contra el líder de dicho colectivo, Rolando Jiménez.
Felizmente una mayoría social, política y cultural se movilizó contra el Bus, pero no sin obstáculos, pues carabineros el lunes pasado las manifestaciones pacíficas del movimiento LGBTI, situación que jamás había ocurrido en 26 años.
El Bus del Odio
El Bus de Odio es una campaña impulsada por el grupo español Hazte Oír y su plataforma electrónica Citizen Go que vino a Chile tras de recorrer España, Estados Unidos, Colombia y México, dejando en cada país violencia y tensión social.
A Chile llegó para oponerse a las leyes y políticas públicas sobre la población LGBTI (matrimonio igualitario, identidad de género), así como al libro “Nicolás tiene dos papás” y al Acuerdo por la Igualdad que el Estado selló con el Movilh con la mediación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El arribo al país fue antecedido por una virulenta campaña de la ONG Padres Objetores de Conciencia (encabezado por Francisco Fritis) y del Observatorio Legislativo Cristiano (presidido por Marcela Aranda) para asociar al Movilh y a Jiménez con la pedofilia, para lo cual desplegaron carteles y videos en la vía pública y en redes sociales.
En unos de los videos Aranda sostiene que el “líder de Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile, se llama Rolando Jiménez. Él pertenece a un movimiento internacional LGBTI (Lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales y ahora se le pone q de queer, que son el neutro el que va de un lado a otro). Ellos firmaron un convenio que saltó toda el área legislativa de mi país, es decir senadores y diputados, un acuerdo que se llama Acuerdo Movilh-OEA-Estado de Chile que es la manera en que presionan estas instituciones internacionales a los países para quitarles soberanía. ¿Y qué fue lo que hizo? A través del convenio vigente desde este año en mi país se va a despenalizar un artículo del código penal, el de la pederastia, básicamente es la pedofilia”.
Acto seguido se supo que la ONG Padres Objetores de Conciencia y el Observatorio Legislativo Cristiano traerían el Bus del Odio, teniendo como vocera a Aranda, quien en sus primeras intervenciones en los medios acusó que algunas políticas municipales enseñaban a los niños de 9 años “que tragar semen es algo adecuado y que casi es un suplemento alimenticio”
El Bus del Odio tuvo el lunes pasado como primer destino el frontis del Palacio de La Moneda, así como zonas céntricas de Santiago donde se desplazó con las leyendas ”Con mis hijos no se metan. Nicolás tiene derecho a un papá y una mamá. –Estado + Familia”.
Fue frente a La Moneda donde Jiménez fue golpeado y empujado por los seguidores del Bus de Odio, mientras le gritaban “pedófilo” y “terrorista”.
En el mismo lugar, así como en el Barrio Bellas Artes, organizaciones como el Mums, Acción Gay, Todo Mejora, Amanda Jofré, Iguales y el Movilh se manifestaron pacíficamente, mientras otros grupos se enfrentaron a golpes con los seguidores del Bus del Odio.
En la ocasión Carabineros protegió exclusivamente a los seguidores del Bus del Odio, además de impedir que el Bus de la Diversidad se desplazara, reteniéndolo durante 3 horas e impidiendo su itinerario.
La represiva medida fue comentada por la Segegob. Según indicó, el vehículo del Movilh fue redirigido por Carabineros «para que los dos buses no se toparan generando manifestaciones contrarias a la seguridad de las personas”.
Sin embargo, la determinación estatal sólo provocó violencia, mientras que un día más tarde el intendente de Santiago, Claudio Orrego, reconoció en el Mercurio que “si hubiese sabido que el bus (del odio) iba a transitar por el centro de Santiago, no lo hubiese autorizado, por razones de orden público”.
Similar situación se vivió ayer en el frontis del Congreso Nacional en Valparaíso, con la diferencia de que el Bus de la Diversidad pudo desplazarse sin problemas, al igual que el martes pasado por Recoleta, Puente Alto y Santiago, logrando hacer el contrapeso informativo al Bus del Odio.
El triunfo de la diversidad
El Bus de la Diversidad puso en el centro de sus mensajes al interés superior de la infancia con citas de los/as escritores/as Gabriela Mistral “El futuro de los niños es siempre hoy, mañana será tarde”, y de Pedro Lemebel “Hay tantos niños que van a nacer con una alíta rota y yo quiero que vuelen compañero”.
Gracias al respaldo de diversas personas, el Bus de la Diversidad pudo seguir todo el trayecto del vehículo del Odio, haciendo el contrapeso informativo y recibiendo el respaldo instantáneo de familias y niños/as que salieron a las calles para aplaudirlo y/o hacer carteles de apoyo.
En tanto, las municipalidades de Recoleta y Valparaíso desplegaron las banderas de la diversidad, efectuando las diputadas Camila Vallejo y Karol Cariola similar gesto desde el Congreso Nacional. Más aún, 40 diputados/as del PC, el PS, la DC, el PR e independientes instalaron las banderas en los respectivos puestos que ocupan en la sala, mientras la Universidad de Chile, el GAM, la Cut y el Archivo Nacional también desplegaron el símbolo. Por su lado, el Frente Amplio presentó un recurso de protección contra el Bus del Odio.
En tanto, la vocera de Gobierno, Paula Narváez, señaló que el vehículo homo/transfóbico «debiera llamarse el Bus de la intolerancia y el no respeto a los derechos de todos y todas»
En el lado opuesto se ubicaron los diputados René Manuel García (RN), Enrique Van Rysselberghe (UDI), Felipe Ward (UDI), María José Hoffman (UDI) y Felipe Kast (ind), quienes dieron públicamente su respaldo al Bus del Odio y se lanzaron en picada contra el Bus de la Diversidad y el Movilh.
“No estoy de acuerdo con el Bus de la Diversidad, que lo único que ha hecho es plegarse al bus de la vida, no tienen iniciativa, están copiando y no tienen tolerancia a la crítica”, dijo García en El Mercurio de Valparaíso para añadir en La Tercera que “hay que decir lo que uno piensa, por algo la gente vota por nosotros y yo estoy de acuerdo con la vida, y que Nicolás tiene un papá y una mamá”,
Por su parte, Kast en un claro acto de provocación salió ayer del Congreso Nacional para pasearse entre los opositores del Bus del Odio, siendo increpado por diversas personas, ninguna de las cuales era parte de las organizaciones LGBTI antes mencionada.
Pese a ello, Kast faltó a la verdad, alegando que “aquí hay un grupo de personas, lideradas por Rolando Jiménez (Movilh) que ha actuado violenta e intransigentemente impidiendo la libre expresión de las familias».
En paralelo Aranda acusaba desde el frontis del Congreso Nacional que los proyectos de ley que están en el Congreso son parte “de una reforma moral y antropológica nunca antes vista en nuestro país, que quiere cambiarle la cara para siempre a esta nación en el concepto de lo que es el ser humano, la familia y la sociedad”.
Añadió que “El Acuerdo Movilh-OEA-Estado de Chile quiere abolir el artículo 365 del Código Penal que dice que ninguna persona mayor de edad puede acceder carnalmente a un menor de 18 años de su mismo sexo. Ellos firmaron un acuerdo diciendo que esto debe ser abolido y es firmado por el Estado de Chile”.
Fue en este contexto que Jiménez logró encararla, anunciando acciones legales en su contra por vincular a la diversidad sexual con la pedofilia.
Pero no sólo el movimiento LGBTI fue relacionado con los abusos de menores, pues seguidores del Bus del Odio acusaron que en Canadá se buscaba legalizar la pedofilia, lo cual fue desmentido por la propia embajada.
Con todo, finalmente la diversidad ganó al Bus del Odio, pues acortó de 5 a 4 días su recorrido por Chile gracias al mayoritario respaldo ciudadano y pese a que el Estado le dio todas las facilidades, permitiéndole incluso cruzar de manera ilegal las luces rojas y sin tener el vehículo sus papeles de circulación en regla.
El triunfo de la igualdad se manifestó, por último, con la detención del fanático Javier Soto por disturbios en Valparaíso.
Notas relacionadas:
Canal 13 I
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La Tercera, portada e interior
La Hora II
El Mercurio II