Los senadores UDI Víctor Pérez y Jacqueline van Rysselberghe han llamado públicamente a nuestra organización a “discutir seriamente los temas, con tolerancia y sin ataques ofensivos” y a “oír a quienes no piensan” como nosotros. Su llamado tiene lugar luego de que reaccionáramos a homofóbicos dichos de la senadora. Al respecto, el Movilh señala que:
1.- No hay ataque más ofensivo y cruel que aquel que niega derechos a las personas en razón de su orientación sexual o identidad de género, algo que estos senadores proponen y defienden cuando hablan de crianza o adopción por parte de parejas del mismo sexo.
2.- No hay ataque más vil que aquel que estigmatiza las relaciones entre personas del mismo sexo y a las familias homoparentales, pasando por alto que a lo menos el 10 por ciento de las parejas homosexuales tiene hijos en Chile.
Se trata de niños y niñas que ven, escuchan o leen como Rysselberghe señala que trae “costos” para los menores ser adoptados por parejas del mismo sexo, y Pérez añade que “no es conveniente para la formación de un niño o una niña que sus padres sean de un mismo sexo, estamos protegiendo los intereses de la formación de los menores”.
3.- La única y más grave falta de respeto surge entonces de estos senadores, que dicen que los niños deben ser protegidos de las parejas del mismo sexo, porque en caso contrario se dañaría su desarrollo. En otras palabras, consideran que las parejas del mismo sexo son un peligro para los niños, no existiendo peor ofensa, ataque o falta de respeto a la integridad de seres humanos que esa.
4.- Nuestra respuesta es, en ese sentido, a todas luces defensiva, antes que ofensiva, y califica los hechos tal y cual como se presentan. Negar a las personas la igualdad de derechos sólo por su orientación sexual es homofobia, y cuando esa discriminación no trepida en hablar en nombre de los niños, estigmatizando a hijos de parejas del mismo sexo, no puede ser llamada de otra manera que no sea cavernaria.
No hay ningún estudio científico que valide lo indicado por estos senadores. Sólo sus creencias religiosas les hacen pensar que la homosexualidad es incompatible con la crianza, y en consecuencia, estamos hablando de fundamentalismo, pues sus argumentos no tiene traducción científica, ni empírica.
5.- Resulta curioso que estos senadores defiendan sus dichos apelando a la libertad de expresión, al mismo tiempo que lamentan que existan voces que se defiendan con fuerza y claridad de sus gratuitas ofensas homofóbicas. Al parecer, estos senadores sólo estarían satisfechos si frente a su violencia se guardara silencio o se respondiera con eufemismos, sin fuerza, ni claridad.
6.- La discriminación y la homofobia tienen diversas formas de expresión. Y una de esas son las declaraciones, más aún cuando tienen publicidad. Eso por cierto va más allá de la libertad de expresión. Es libertad para discriminar, al mismo tiempo que desde la intolerancia se pide tolerancia.
El asunto no es menor cuando además se recuerda que los responsables de estos dichos no son ciudadanos comunes y corrientes. No. Son senadores que trasladan sus creencias religiosas al Congreso Nacional, algo completamente ilegítimo e inconstitucional en un Estado laico.
7.- Más bien, en consecuencia, nosotros llamamos a estos senadores a debatir y hablar con respeto y altura de miras. Eso pasa porque digan por qué y con qué fundamentos las parejas del mismo sexo son un riesgo para el desarrollo de los menores. Nada han fundamentado, nada han demostrado, ni nada han dicho sobre las razones que los llevan a afirmar tamaña ofensa y falta de respeto contra la diversidad familiar y social.
9.- Nuestros argumentos están a la vista.
a.- Todos los estudios científicos, incluidos los de la Academia Americana de Pediatría, indican que no hay incompatibilidad entre ninguna orientación sexual y la crianza de menores. Es decir, que la orientación sexual, no incide en el desarrollo del menor. La experiencia mundial además demuestra ello. Qué fundamenten entonces estos senadores porque defienden lo contrario.
b.- Discriminar es negar derechos a las personas en razón de alguna característica particular. Si es por raza, hablamos de racismo; si es por clase social; hablamos de clasismo; si es por nacionalidad, de xenofobia y si es por orientación sexual, de homofobia. Si estos senadores piensan que es un ofensa ser llamados homofóbicos, que expliquen cómo es que negar la adopción a parejas del mismo sexo sólo por su orientación sexual no es discriminación.
10.- Invitamos a estos senadores a debatir, con altura de miras y con respeto dónde quieran y cuándo quieran. Por lo pronto, los invitamos el próximo viernes al Picnic por la Diversidad Familiar a las 15:00 horas en el Parque Balmaceda, de manera que ahí contrasten con la realidad sus prejuicios, que tanto daño hacen. Un daño que es más que una opinión, pues se trata de votos concretos en el Congreso Nacional que afectan la vida de miles de personas.
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