Acompañada de su madre, Camila Améstica llegó hasta los tribunales de familia. De acuerdo a cifras del Movilh, sólo el 8% de los jóvenes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales se atreve a buscar ayuda por discriminación familiar.
Con el patrocinio legal del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y en compañía de su madre, la estudiante de 21 años, Camila Amestica Merino, demandó hoy en los Tribunales de Familia a su padre, acusándolo de discriminación por orientación sexual y de negarle ayuda básica sólo por ser lesbiana.
En la demanda de alimentos, Camila relató que siempre ha vivido con su madre, Tatiana Merino, sin que el padre, Patricio Améstca, hubiese “cooperado mayormente con mis gastos de subsistencia”. Pese a ello, hasta agosto del 2014 “mi padre mantenía contacto regular conmigo, ya fuera por teléfono o en persona. La situación cambió cuando se enteró que era lesbiana”.
Camila precisó que su padre al saber de su orientación sexual “no sólo dejó de visitarme por completo, sino que el escaso contacto que en la actualidad hoy tiene conmigo sólo es para reprocharme porque soy lesbiana, negándose a cumplir sus obligaciones parentales a raíz de su homofobia. Tal es el caso, que me ha dicho que no pagará los estudios de una hija lesbiana”.
Añadió que tan grave ha sido la discriminación que en una ocasión el padre se refirió a la pareja de su hija como “cerda”.
En la demanda se exige, en consecuencia, que el padre cese con la discriminación y que cumpla con la alimentación, matrícula, mensualidad, transporte útiles de estudio y vestuario de su hija, pues si bien Camila trabaja, sus remuneraciones y el aporte de su madre no alcanzan para cubrir sus gastos.
El abogado del Movilh, Alan Spencer, precisó que en diciembre pasado hubo un intento de mediación, pero fracasó, por lo que ahora corresponde que el “demandando cumpla con su rol de padre y con la ley. El artículo 332 del Código del Civil establece claramente que los padres deben contribuir con los gastos de sus hijos hasta los 28 años si es que están estudiando”.
El dirigente del Movilh, Rolando Jiménez, expresó su respaldo a Camila “por cuanto para todo hijo o hija debe ser muy difícil enfrentarse a sus padres y tener que llegar hasta la justicia para exigir demandas tan básicas como el derecho a no ser discriminado y a ser ayudado por la familia para los estudios”.
Jiménez añadió que la “discriminación familiar es una de las más encubiertas en Chile, pues se trata al final de cuentas de personas que aman a sus padres o madres, aún cuando los dañen por su orientación sexual. Hemos visto mucho dolor en estos casos y por eso aplaudimos el testimonio de Camila, pues sabemos que puede servir de ejemplo y aliento para muchos jóvenes que están viviendo lo mismo”.
De acuerdo a los Informes Anuales de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual, elaborados por el Movilh, entre el 2002 y el 2013 se han conocido en Chile 80 casos de discriminación familiar a personas lesbianas, gays, bisexuales o transexuales.
“Sin embargo esta cifra no refleja la realidad de los abusos, sino que sólo las denuncias. Según nuestros estudios sólo el 8% se atreve a denunciar este tipo de abusos”, puntualizó Jiménez.
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