Una encuesta aplicada a 250 gays arrojó que la población homosexual tiene mayores conocimiento que el promedio de los ciudadanos chilenos respecto a los mecanismos de prevención del VIH/SIDA, sin embargo, los “hombres que tienen sexo con hombres” (HSH) son el sector que más casos del virus reporta.
El estudio, efectuado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y el Centro de Investigación Multidisciplinario en Sexualidad (Cimusex), especificó que el 99.6 por ciento de los gays conoce al menos una forma de prevención, siendo el condón el mecanismo más importante para el grupo (91.3 por ciento), seguido por la pareja única (10.81 por ciento) y la abstinencia sexual (6.42 por ciento).
Respecto a las vías de contagio, el 87.5 por ciento contesta en forma correcta a la pregunta “¿Por cuál de las siguientes vías es posible contagiarse el VIH/SIDA a) contacto sexual sin preservativo con una persona infectada, b) Contacto con sangre o jeringas infectadas, c) Por besos o caricias”.
El 7.72 por ciento, en tanto, desconoce los riesgos de las jeringas infectadas, cifra superior al promedio nacional (5.1), mientras el 2.28 por ciento considera posible infectarse por besos o caricias, “mito de poca presencia al compararlo con el promedio nacional, cuyo 19.8 por ciento estima peligroso tocar a las personas con Sida”.
A juicio de los gays encuestados, cuyas edades van desde los 18 a los 45 años, las políticas públicas del gobierno nos los benefician (84.55 por ciento), mientras la mayoría (94.71) cree que hacen falta estrategias preventivas con mensajes claros y directos que sean difundidos en espacios de concurrencia homosexual y en las vías masivas. Ello, porque el 78.9 por ciento “jamás ha conocido algún proyecto de prevención”.
La encuesta, efectuada en octubre pasado, fue una actualización de otra investigación elaborada por el Movilh en el 2001. “El resultado fue el mismo, lo gays saben como prevenirse, pero no lo hacen. De ahí que el 69 por ciento de los casos de VIH reportado afecten a los HSH. Para superar ese fenómeno, denominado disonancia cognitiva, elaboramos una campaña comunicacional”, señaló la investigadora de Cimusex, Paula Navarro.
LA DISONANCIA COGNITIVA
Tras evidenciar dos atrás el fenómeno de la disonancia cognitiva, los siguientes pasos de Movilh-Cimusex fueron investigar los motivos por los cuales se producía ese fenómeno.
Sobre la materia el estudio del Movilh concluyó que bajo determinadas circunstancias los gays (y también las personas heterosexuales) tienden a bajar sus mecanismos de prevención, en especial el relacionado con el uso del preservativo.
Dichas circunstancias se relacionan con la validación de mitos socioculturales, y en el caso específico de los gays, con los efectos de la discriminación existente en Chile contra las minorías sexuales.
Las opiniones, juicios o creencias de los gays que aminoran la prevención, y que pueden ser aplicables también a la población heterosexual, son los siguientes:
a) Una errónea concepción de que la pareja única garantiza la prevención, pues una persona puede tener “varias” relaciones de ese tipo con distintos compañeros en un lapso corto de tiempo.
b)Los mitos de considerar a determinados espacios geográficos y/o características personales como más o menos riesgosas que otras.
c) La suposición de que un bajo número de relaciones sexuales está asociada a la seguridad
d) La vulnerabilidad generada por el consumo de drogas (sean legales o ilegales)
e) La responsabilidad unilateral en materia de prevención propiciada por personas con problemas psicológicos y que están afectadas por el VIH/SIDA.
“El objetivo de la campaña es visibilizar mediante cinco afiches y dos folletos (que serán distribuidos en diversos espacios de concurrencia homosexual en un lapso de cinco meses) esas realidades y demostrar a las personas que ningunos de esos contextos aminora el riesgo si es que no se utilizan los mecanismos preventivos. Con ello, en síntesis, se hace evidente la disonancia y se promueve la coherencia con los conocimientos ya manejados para la prevención”, puntualizó el Movilh.
INCLUSION DEL MOVILH EN LA TEMATICA DE VIH/SIDA
Desde su origen (en 1991) el Movilh se mantuvo al margen de las políticas referidas al VIH/SIDA, fueran públicas o privadas, limitando su intervención en el tema a denuncias y asesorías en casos de discriminación, muchos de los cuales fueron derivados a otras instancias. Al respecto el organismo explica su inclusión en el tema en la introducción estudio sobre prevención y minorías sexuales, el cual indica que:
La política de distanciamiento parcial entre las políticas del Movilh y el VIHSIDA, tenían“como sustento argumentativo los siguientes principios: a) El Sida es una realidad de salud pública y no exclusiva de las minorías sexuales, b) Los vínculos entre el movimiento homosexual y el Sida podrían provocar efectos adversos para los objetivos antidiscriminatorios de las organizaciones de minorías sexuales dado que potenciaría en el “imaginario ciudadano” el mito de que el virus es sinónimo de homosexualidad.”
”En los últimos dos años el Movilh cambió su percepción respecto al segundo principio por tres razones principales”:
“1) Aún cuando desde que se notificó el primer caso de VIH/SIDA en 1984 en Chile, la tendencia del virus ha sido la “heterosexualización”, la población homosexual sigue siendo el sector social más azotado por la epidemia, pues del total de los afectados, el 69 por ciento corresponde al grupo de “hombres que tienen sexo con hombres”, según informaciones de la Comisión Nacional del Sida (Conasida), instancia dependiente del Ministerio de Salud. Esas crudas cifras ameritan una intervención más directa del movimiento homosexual.”
“2) Es posible generar instancias de prevención de VIH focalizadas a la población homosexual que no alimenten los mitos o prejuicios, sino que por el contrario muestren el interés de un sector ciudadano por contribuir a estancar la expansión de la epidemia. Dicho enfoque es particularmente oportuno en el actual contexto sociocultural chileno, toda vez que presenta importantes mermas en sus índices de homofobia.”
“3) En Chile no ha existido ninguna política de prevención con mensajes focalizados para las minorías sexuales y que, al mismo tiempo, reconozca o considere el hecho de que la población homosexual conoce y valora los mecanismos de prevención. En consecuencia el principal problema dilucidado por el Movilh es la “disonancia cognitiva”, la cual para estos efectos se explica por las incoherencias entre el correcto conocimiento que los homosexuales tienen sobre las formas de prevención y la existencia de conductas de riesgo. Estudiado y conocido ese obstáculo, es un deber ético del movimiento homosexual contribuir a enfrentarlo, en especial porque hasta hoy se carece de políticas que resuelvan tal realidad.”
“En otras palabras, es justo aseverar que las campañas de comunicación y las consejerías entre pares hasta ahora efectuadas por organismos estatales y no gubernamentales para las minorías sexuales, han sido exitosas si de masificar los mecanismos de prevención se trata, pero han adolecido de estrategias que aborden otros tópicos relacionados con el comportamiento sicosocial y cultural”.
“La hiperrelevancia brindada a las destrezas y habilidades físicas para la prevención (como el uso correcto del preservativo) ha derivado en la marginación de mensajes que apelen al “cambio” de conductas sociales que a diario potencian el riesgo,” puntualizó el estudio del Movilh.