Unas dos mil personas, entre gays, lesbianas y transgéneros, marcharon ayer por el centro de Santiago con el objeto de expresar sus derechos y contribuir al término de la discriminación por orientación sexual en Chile.
La actividad, que en su quinta versión fue comandada por el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales y Sidaccion, contó este año con la participación de cuatro organizaciones que antes estuvieron ausentes.
Se trata del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Afirmación Chile, Aministía Internacional y Las Otras Familias, grupo liderado por la historiadora Emma de Ramón, quien en su calidad de pareja de la jueza lesbiana Karen Atala creó este año esa organización para defender los derechos de las madres homosexuales.
El Movilh se sumó a la iniciativa este año “porque en el 2003 apreciamos que la actividad había dejado de ser sólo carnaval y farándula, dando predominancia a un fondo de claro contenido político reinvindicativo”.
“En caso de seguir participando abogaremos porque se sumen a la marcha de septiembre no solo homosexuales, sino otros grupos discriminados. De esa forma nosotros celebramos cada 28 de junio en Chile el Día Internacional de los Derechos Humanos de las Minorías Sexuales, logrando reunir a unas cinco mil personas en la Plaza de Armas”.
En el transcurso de la marcha el Movilh apeló al termino de la exclusión de las minorías sexuales de las Fuerzas Armadas, de los colegios, de la política, de las iglesias, de los tribunales y de la política, áreas que en el transcurso de este año intensificaron su rechazo a la incorporación en sus filas de homosexuales.
Gays, lesbianas y transgéneros del Movilh, apoyados por el Centro de Eventos Queen y la agrupación Traves Navia, desfilaron, en esa línea, vestidos de uniformados, estudiantes, monjas y jueces para decir que “los homosexuales estamos en todas partes”.
Igualmente el Movilh marchó con carteles que rindieron un homenaje a las 16 fallecidos el 4 de septiembre de 1993 en el incendio de la discoteca gay Divine.
Los organizadores de la marcha, en tanto, centraron su mensaje en visibilizar que en Chile existen varias y diversas familias y no sólo una como lo ha señalado el discurso predominante que ha derivado, entre otros aspectos, en que madres lesbianas sean despojadas de sus hijos.
MARCHA DIVIDIDA
El aspecto más llamativo de la marcha fue la sumatoria de la jueza Atala, quien perdió la tuición de sus hijas tras un fallo de la Corte Suprema que consideró como inapropiado para las menores que la magistrada conviviera con su pareja mujer.
Atala, cuya vocería ha asumido Emma de Ramón, participó en el denominado Bloque Lésbico, instancia que reunió a organizaciones de mujeres homosexuales (como Trabajos y Estudios Lésbicos y Las Otras Familias) desencantadas, a su juicio, con la forma “farandulera” como los grupos gays y transgéneros habían marchado cada septiembre en Chile desde 1999.
Por ello el “Bloque Lésbico” marchó a pocos metros de distancia de la mayoría de las organizaciones que participaron del evento, las cuales en todo caso si contaron entre sus filas con la adhesión de mujeres homosexuales que consideraron “absurda la división”.
La totalidad de la marcha se desarrolló con absoluta normalidad hasta que la presidente de Traves Chile, Silvia Parada, resultó herida tras caer (por causas que se investigan) del escenario móvil ideado por el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales.
El accidente se produjo luego que Parada alegara falta de representatividad en la marcha y pidiera hacer uso del micrófono, lo que fue negado por los organizadores del evento.
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Agencia IPS