Daniel Zamudio Vera se llama el monumento en homenaje al joven que falleció tras ser torturado por su orientación sexual. Autoridades de diversas corrientes políticas y organizaciones sociales participaron del evento que tuvo como protagonistas a los familiares de Daniel.
Con la presencia de altas autoridades de Gobierno, alcaldes, parlamentarios del oficialismo y de la oposición, representantes de 11 embajadas y organizaciones de derechos humanos fue inaugurado hoy el primer Memorial por la Diversidad, espacio dedicado a todas las personas que han sido víctimas de la discriminación y de los crímenes y ataques de odio.
Impulsado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), el memorial cuenta de dos simbólicos espacios. Uno pensado para la reflexión que homenajea la diversidad de las minorías étnicas y sexuales, los inmigrantes, las personas con discapacidad, los jóvenes, los niños y niñas, las mujeres y los adultos mayores. Otro, donde están los restos de Daniel Zamudio, joven brutalmente atacado por cuatro homofóbicos y que se transformó en un símbolo nacional por la no discriminación.
Durante la inauguración en el Cementerio General intervinieron el padre y la madre de Daniel, Iván Zamudio y Jacqueline Vera, así como la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, y el presidente del Movilh, Rolando Jiménez, Por su parte el artista Manuel García interpretó el tema Témpera.
«Me siento orgullosa de que exista un memorial con el nombre de Daniel, que representa a muchas personas que han sido discriminadas», dijo la madre del joven, mientras que el padre consideró que el monumento “termina un ciclo” iniciado a casi dos años.
Por su lado la vocera Pérez destacó que “este memorial simboliza el respeto xpor la diferencia y diversidad de un Chile q debe ser inclusivo», y el edil Jadue enfatizó que “la única forma de homenajear a Daniel es seguir luchando, mirarnos como iguales”.
La ceremonia, animada por el productor Willy Geisse, inició con el descubrimiento del memorial diseñado por los arquitectos Jorge Morales, Leandro Capetto e Ignacio Rivas, mientras que al final del evento todos los asistentes depositaron un clavel blanco en el monumento, donde ayer habían sido trasladados en forma reservada los restos de Daniel.
El Memorial por la Diversidad es así desde hoy un símbolo chileno contra la discriminación y en honor a quienes han sido víctimas de atropellos sólo por distintos a una mayoría. Al mismo tiempo, es el símbolo más significativo y relevante para los derechos de la diversidad sexual que han ocurrido en la historia y está dedicado a todas las minorías, no sólo a las sexuales.
El monumento; a cuya inauguración fueron especialmente invitadas instituciones y personas que colaboraron para hacer realidad su construcción; está emplazado a pasos de la tumba de Violeta Parra y del Memorial del Detenido Desaparecido y del Ejecutado Político “por lo que claramente esta zona del Cementerio General se ha transformado en una hermosa ruta por los derechos humanos”, apuntó el Movilh.
Para su implementación el memorial contó con donaciones de 115 personas individuales, de las ganancias del evento artístico “Somos más por Daniel”, que coordinó el abogado Jaime Silva, de subvenciones presidenciales y del aporte de la Comunidad Judía de Chile, así como de la ayuda de una embajada y de empresas que donaron materiales de construcción
Asistentes
Del mundo parlamentario asistieron al evento los senadores Guido Girardi (PPD) y Lliy Pérez (Amplitud), los diputados Patricio Hales (PPD), Karla Rubilar (Amplitud) y Pedro Browne )Amplitud), así como los diputados electos Karol Cariola (PC), Felipe Kast (Evópoli), Leonardo Soto (PS) y Gonzalo Fuenzalida (RN)
Junto a Pérez, por el Gobierno estuvo presente el Ministro Salud, Jaime Mañalich, así como representantes del Programa de Apoyo a Víctimas de la Violencia, en tanto que del mundo municipal participaron las oficinas de la Diversidad de Santiago y San Antonio.
Del sector diplomático estuvieron los embajadores/as de Suecia, Sra. Eva Zetterberg; Bélgica, Beatriz Van Hemeldonck; Inglaterra, Jon Benjamin; y Grecia, Sra. Aglaía Baltá; así como representantes de las embajadas de Noruega, , Sr. Are Nagoda; Delegación de la Unión Europea en Chile, Alexandra Knapton; Francia, Caroline Joly; Finlandia, Korppi-Koskela, Reino de los Países Bajos, Sara Ilse Smits; y de estados Unidos Brian Doherty y Jason Jeffreys.
La sociedad civil estuvo representada por la presidenta de la Instituto Nacional de Derechos Humanos, Lorena Fríes, así como de la Fundación Zamudio, la Comunidad Judía de Chile, Hod Judíos por la Diversidad, Miles, Federación Palestina de Chile y Federación Chilena de la Diversidad Sexual y la querida cantante Denise Malebrán.
Discurso del presidente del Movih en inauguración:
Familiares y amigos de Daniel Zamudio Vera
Autoridades gubernamentales, parlamentarias, municipales, diplomáticas, personas e instituciones amigas de la diversidad social:
Verlos a ustedes aquí reunidos es emocionante.
Cuando veo autoridades, instituciones y personas tan diversas reunidas en el lugar donde están los restos de Daniel Zamudio, pienso, siento y vivo, sobre todo vivo, cuánto hemos cambiado como país.
En 1991 un puñado de personas levantamos en Chile una bandera de 7 colores que causaba asco, sospecha, burlas, miedos, mientras hoy es un símbolo más de un sector social. Un sector aún crudamente discriminado, cierto, pero que ha ido ganando cada vez más espacios y reconocimiento en la sociedad.
Pese a lo mucho que falta para la igualdad plena de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales, son indiscutibles los avances. Y tan claro como ello, es que los protagonistas y principales propulsores de los avances no hemos sido los movimientos de la diversidad sexual.
No, los protagonistas han sido las valientes víctimas de la discriminación. Así lo he visto durante más de 22 años.
Sólo al ver a personas de carne y hueso contando su historias reales de sufrimiento gatilladas por la homofobia y transfobia, es que los corazones laten y se sensibilizan y nos hacen repensar si aquellas creencias o valores nuestros que rechazan a otros merecen permanecer inalterables, aún cuando signifiquen negación de la igualdad en cualquier plano de la vida.
Y es aquí donde Daniel Mauricio Zamudio Vera tiene un lugar privilegiado, en lo más alto de la historia de las minorías sexuales en Chile. Ningún avance pro diversidad sexual, ningún retroceso, ningún estancamiento en la igualdad de derechos es igual que antes de la noche del 2 de marzo y de la madrugada del 3 de marzo del 2012, momento cuando Daniel padeció brutales torturas.
Daniel remeció conciencias, razones, corazones, miradas, perspectivas, creencias, valores, acercamientos y distanciamientos.
No soy creyente, no creo en dioses, demonios, ni santos, ni milagros, pero cuando pienso en Daniel, vaya que me cuesta encontrar una palabra para describirlo que no sea la de “angelito”.
Y es es que Daniel aceleró la aprobación de la Ley Antidiscriminatoria, al tiempo que fue la primera víctima de la homofobia mencionada con nombre y apellido por la máxima autoridad del país, el presidente de la República.
Los tribunales, por su lado, llaman en sus fallos a esta ley, como la Ley Zamudio. Algo no menor al considerar que el Poder Judicial es el más atrasado en el respeto a la diversidad sexual, así como el más insensible frente a la homofobia y la transfobia.
La Ley Zamudio ha dado a luz políticas públicas para la diversidad sexual antes impensadas. Sólo en el 2013 el ministerio de Educación lanzó una política para colegios donde señala que padres y madres del mismo sexo con sus hijos son familia; el Minsal derogó una norma que impedía a homosexuales donar sangre y se mejoró la atención en salud para la población transexual, mientras que un manual de derechos humanos enseña a Carabineros sobre la realidad de la diversidad sexual.
En paralelo, ocho municipios de todas las corrientes políticas, izaron en sus frontis la bandera del arcoíris, mientras que otros tantos aprobaron ordenanzas y oficinas contra la discriminación, teniendo como contexto de estas transformaciones el primer aniversario de la muerte de Daniel Zamudio.
La tortura y el cruel asesinato de Daniel pudo haber sido un crimen más, otro de tantos denunciados por los movimientos de la diversidad, pero no fue así. Felizmente las autoridades tomaron el guante, miles de personas salieron a las calles con sus velas para iluminar a Daniel y el mundo puso los ojos sobre la realidad de la diversidad sexual en Chile.
Y aquí yo digo gracias, gracias Daniel y gracias a todas las autoridades que escucharon lo que querías decir y que interpretaron lo que junto a tu familia estabas exigiendo y representando desde el silencio de un coma. Un coma del que nunca saliste tras el ataque propinado por cuatro sujetos que hoy están en la cárcel.
Sí, en la cárcel y con las máximas penas establecidas en la ley. Porque el Estado te respondió Daniel y se hizo justicia en tu nombre tal cual te lo prometieron las autoridades. Aquí el gran desempeño legal del fiscal Ernesto Vásquez, del abogado Jaime Silva y de la Intendencia Metropolitana fueron cruciales.
Porque Daniel significó avanzar en mejores condiciones de igualdad para todas y todos, es que sus restos merecían un lugar que estuviese a la altura de sus circunstancias y del impacto nacional que provocaron las mismas. Y aquí les quiero contar una historia.
A horas de la muerte de Daniel, había una cabecita pensando que sus restos merecían estar en un lugar especial, derechamente en un memorial. Por cierto las preocupaciones de la familia, sus cercanos, seres queridos, de las autoridades que acompañaron el proceso y las de nosotros, eran otras, pero esa cabecita seguía pensando. Le dijimos que no. No habían medios, no había dinero, no había gente, no era el momento, no era urgente, había otras urgencias.
Y la cabecita; que como todo este tipo de cabecitas nunca quieren estar en primera fila y menos quieren que las mencionen; nos pregunta “¿Qué más tiene que pasar para crear un símbolo por la no discriminación conocido por todo el país y cuyo mensaje sea un “nunca más””?
Y entonces esta cabecita inició la cadena de favores. Y así 115 personas hicieron aportes, dos subvenciones presidenciales fueron aprobadas, artistas se sumaron a un evento solidario, empresas donaron materiales, una municipalidad, una embajada y la Comunidad Judía de Chile hicieron lo suyo. Todos ellos y ellas, hoy están aquí. Y les digo gracias, mil gracias. Este memorial es gracias a ustedes.
Y junto a esta solidaridad había otra fuerza: el trabajo voluntario. Y aquí quiero mencionar a tres arquitectos: el director de la Escuela de Diseño de la Universidad Diego Portales, Jorge Morales, y los señores Leandro Capetto e Ignacio Rivas. Ellos respondieron el llamado a “diseñar gratuitamente el memorial”. Y lo que emociona es que no sólo hicieron eso, pues para hacer realidad este sueño cumplieron funciones que fueron más allá de su especialidad, entregándolo literalmente todo, con ardiente paciencia y, por cierto, con una creatividad y profesionalismo que hoy deja su huella.
Y así, desde el presidente de la República, don Sebastián Piñera; quien desde el día uno desplegó sin pensarlo dos veces todo el equipo técnico y humano que era necesario para enfrentar el momento; todo un país dijo no más.
Todo un país dijo a Daniel y a su familia que no estaban solos. Miles de personas pusieron velas en sus avatares de Facebook y Twitter. Miles lanzaron pétalos en las calles. Miles dejaron en el nicho; donde hasta ayer estaba Daniel; cartas, peluches, corazones de papel, juguetes, fotografías, flores, y tengo la certeza que miles lo seguirán haciendo ahora en este memorial.
Este memorial, dedicado a todas las diversidades, está emplazado en un Cementerio y en una municipalidad que nos han dado todo el apoyo y facilidades para este momento. Un momento que recuerda un episodio que impactó al mundo y la prueba de ello es la generosa, desinteresada y humana asistencia, de representantes de 11 embajadas, así como de los parlamentarios electos y/o en ejercicio Guido Girardi, Lily Pérez, Karol Cariola, Karla Rubilar, Felipe Kast, Pedro Browne, Leonardo Soto, Patricio Hales y Gonzalo Fuenzalida, algunos de los cuales representan tres lugares de la mayor relevencia para Daniel. El lugar donde creció: San Bernardo. El sitio donde fue atacado: Santiago; y el espacio de su descanso definitivo: Recoleta.
Este memorial; dedicado a todas las diversades, no sólo a las sexuales; esperamos sea un espacio de reflexión, pero no sólo sobre lo que pasó, sino también sobre lo que pasa y lo que creemos puede pasar.
Los ataques a personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales no han cesado. Siguen con cruel violencia. Sólo en las últimas tres semanas dos personas; Alejandro Bustamante y Arturo Lomboi; fueron asesinadas y otras dos están en riesgo vital.
El llamado es a no dejar de asombrarnos frente a estos abusos, a ejecutar todas las señales y acciones que sean necesarias para prevenirlos, a avanzar en más y mejores condiciones de igualdad en un país donde todo indica que los abusos contra las minorías sexuales son cada vez menos, pero al mismo tiempo más sanguinarios y violentos.
Pareciera ser que frente a los avances, los promotores del odio se desesperan y no vacilan en llegar al más cruel de los extremos: quitar la vida a las personas. Un cruel extremo que encuentra su justificación en el propio Estado cuando éste discrimina o excluye de leyes o políticas a personas sólo en razón de su orientación sexual o identidad de género, como sigue ocurriendo en Chile.
Con todo pensamos que gracias a miles de personas, y donde Daniel ocupa un primer lugar, los pasos más difíciles ya se dieron. Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales, ya no somos enfermos, pecadores, delincuentes, sospechosos o abusadores para la casi totalidad del país. Avancemos ahora, a la igualdad plena y total.
Que por favor nuestras generaciones y sus hijos e hijas logren ver ahora el pleno cambio, de manera que los nietos, bisnietos o tataranietos al revisar la historia no vean con asombro y vergüenza como sus abuelos, bisabuelos o tatarabuelos se opusieron a la igualdad, con el mismo asombro con que ahora vemos como antes a las mujeres se les negaba el derecho a voto, a los indígenas se los considera personas sin alma o , en otros países, se impedía el matrimonio entre distintas razas.
De eso, ya no más y para que ese “ya no más” ocurra, todas y todos somos responsables.
Sin duda lo aprendido con Daniel va en ese sentido, sin duda la sociedad en su conjunto va por ese camino, porque como se ha dicho mil veces, somos más los que amamos que los que odian.
Gracias por estar aquí. Gracias por su generosa presencia que es en sí misma un símbolo por la diversidad y la no discriminación.
___________________________________________________
Notas relacionadas:
Galería Movilh (pronto más fotos)
Galería traslado de restos de Daniel Zamudio
Galería traslado de restos de Daniel, Publimetro
El Nacional, Venezuela