Mayoría de la población trans se infligió algún tipo de daño antes de los 15 años producto de la discriminación

Cortes en zonas de su cuerpo, intento de suicidio y consumo abusivo de drogas son parte del cruel panorama que afecta a la población trans. El sector piensa que mejoraría su vida con leyes y políticas a favor de la identidad de género, arrojó la Encuesta Identidad.


En compañía de la presidenta de Comisión Mixta que analiza la Ley de Identidad de Género, la senadora Adriana Muñoz, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) dio hoy a conocer los resultados de la Encuesta Identidad, el primer sondeo nacional sobre la realidad trans aplicado en forma presencial y electrónica a 326 personas mayores de 14 años.

El sondeo; que aporta los datos más fidedignos conocidos hasta ahora en tanto las personas respondieron aportando su RUT; arrojó que la mayoría de la población trans tiene conciencia sobre su identidad de género antes de los 10 años, sin embargo, durante su infancia mantienen en reserva su realidad producto de una fuerte discriminación social que las lleva a infligirse daño y a evitar ciertos lugares por el temor a insultos y amenazas.

Junto a la discriminación social, afecta la felicidad y la expresión de género de las personas trans la carencia de información, facilidades y recursos económicos para cambiar su nombre y sexo legal y para modificar su cuerpo, por lo que consideran de la máxima relevancia la aprobación de leyes y políticas públicas que resuelvan sus problemas y garanticen la plena igualdad de derechos.

“La situación que vivimos los hombres, mujeres y personas trans no binarias es dramática. Estamos hablando de hechos que ponen a diario en jaque nuestra propia vida. Los resultados de esta encuesta deben invitar a la reflexión social. Las autoridades deben aprobar en breve la Ley de Identidad de Género considerando a la niñez y la infancia trans, en tanto es el momento cuando parten nuestros problemas”, señaló el activista trans del Movilh, Álvaro Troncoso.

En tanto, el dirigente del Movilh, Rolando Jiménez, estimó que “estamos sobrecogidos con estos tristes resultados cuyos responsables son la sociedad como conjunto y el Estado. Quiero agradecer a todas las personas que nos dieron su testimonio y confiaron en nosotros, aportando su RUT para contribuir a hacer un estudios serio que vaya en ayuda de otras y otros”.

Identidad y expresión de género

La Encuesta Identidad arrojó que 59,17% de la población tiene conciencia de su transexualidad antes de los 10 años y el 25,9% entre los 11 y 15 años. Sin embargo, antes de los 10 años solo el 3.7% habló con alguien sobre su identidad de género. La mayor parte (44,2%) lo comenta entre los 16 y 20 años.

El 41% optó por comentar su transexualidad por primera vez a sus amigos (41%), seguido por la pareja (18,4%), la mamá (10.2%), otro familiar (8.7%), un profesional de la salud (7.2%) y el papá (3%), entre otros. El 5.6% señala que “nadie sabe soy trans”.

En relación a la expresión de género en público, el 32,3% lo hizo por primera vez entre los 16 y 20 años; el 26.3% entre los 11 y 15 años y el 20.7% entre los 21 y 30 años. El 16,2% indica que aún no expresa su identidad en público y solo el 23% señala que en la actualidad “todos saben soy trans”.

“Estos datos reflejan que pese a saber quienes somos desde que tenemos uso de razón, debemos reprimir nuestro género, sin siquiera a atrevernos, en muchas ocasiones, a hablarlo, todo es causado por diversas formas de discriminación que tienen un nocivo impacto en nuestra estabilidad física y emocional”, dice Troncoso.

La discriminación a la población trans 

Un alarmante 76,1% de la población trans dice que ha sufrido discriminación en razón de su identidad de género, mientras el 7% señala que en el último año ha vivido exclusiones “diariamente”, el 11% “semanalmente”, el 21.2% mensualmente y el 18.8% un “par de veces o más”.

La discriminación más recurrente es la verbal (63.9%), seguida por la psicológica (47%), la negación de servicios públicos o privados (17,7%), la agresión física, (13.5%) y el abuso sexual (7.9%).

Las personas trans sindican como responsables de los abusos a desconocidos (44.4%), seguidos por familiares (32.7%), los compañeros de estudios (22.2%), un conocido (21,8%), un docente (19.9%), un funcionarios de instituciones públicas o privadas (11,3%), un policía (10.5%), un compañero de trabajo (10.2%), personal médico (9.8%) y un supervisor o superior en el trabajo (7,1%).

El 6% sindica como responsables de la discriminación que ha vivido a grupos; el 37% a una persona y el 33.2% a “grupos y personas”, “lo que viene a reflejar acciones concertadas y cobardes para dañar la dignidad de terceros solo en razón de su identidad de género”, sostuvo el Movilh.

 Por todo lo expuesto, el 31.9% de la población trans evita expresar su género “siempre o a veces” por temor a agresiones, amenazas o acosos, mientras el 31.1% sostiene que antes cohibía su identidad, “pero ya no”.

A la par, un 28,2% señala que está imposibilitado de expresar su identidad “en todos los espacios” porque “mis familiares podrían rechazarme”; un 25.6% porque carece de dinero para el cambio legal o corporal y un 21.8% porque no ha podido acceder a transformaciones físicas o jurídicas. En tanto, el 15,4% no expresa su género por temor a enfrentar malos tratos en su lugar de estudios; el 15% porque “podría ser víctima de violencia”, el 12.8% porque “mis amigos podrían rechazarme”; el 12.8% porque “podría perder mi trabajo y/o no encontrar trabajo” y el 9% porque “no me siento listo/a para la transición”.

En tal sentido, un 56,9% evita “siempre o a veces” algunos lugares por temor a agresiones o insultos. Los espacios donde más se evita comentar la propia identidad de género son los servicios públicos (45.9%), el transporte público (42.1%) y la casa (32.2%), entre otros.

Pese a todo lo expuesto, solo el 7,3% ha denunciado los casos de discriminación que ha sufrido.

Auto-daño producto de la discriminación

Producto de toda la presión social y discriminación expuesta , el 52.1% dice que se ha hecho daño a sí mismo/a, mientras que el 19,6% indica que pensó en auto-agredirse, pero finalmente no lo hizo.

El auto-daño se expresó en “cortes en zonas de mi cuerpo” (45.6%), intento de suicidio (35%), no comer (29.3%), formas inseguras de expresar el género, como vendajes restrictivos (25.9%) y consumo abusivo de drogas (24%)

El 46.7% se infligió por primera vez algún tipo de daño entre los 11 y 15 años, el 7% entre los 5 y 10 años; el 15% entre los 16 y 20 años y el 3% entre los 21 y 30 años

En la ocurrencia de estos incidentes a temprana edad, estaría incidiendo la realidad en los establecimientos educacionales, en tanto el 35.4% está en desacuerdo con que “mi etapa escolar es o fue buena”; así como el entorno social, pues el 37,1% dice que “no puedo hacer amistades con facilidad”, el 53.3% se siente inseguro al momento de buscar pareja y el 25% descarta tener una buena relación con su familia. Como consecuencia, el 38,4% dice que en la actualidad “no se siente bien emocionalmente”, mientras el 32% no se siente “bien, ni mal”.

Para el Movilh es evidente que el principal daño y dolor que sufren las personas trans “ocurre durante la infancia y adolescencia, siendo urgente la implementación de leyes y políticas públicas que efectivamente hagan valer el interés superior del niño y de la niña, sin ningún tipo de discriminación basada en la identidad de género”.

Cambio legal y físico

 La carencia de medios económicos, la falta de información y la ausencia de la ley de identidad de género, son otros de los aspectos que inciden negativamente en al calidad de vida de las personas trans.

 El 23,7% señala que nunca ha recibido algún tipo de orientación sobre su identidad de género, mientras que el 29,7% la obtuvo entre los 16 y 20 años; el 16,2% entre los 21 y 30 años y el 15,18% entre los 11 y 15 años. Solo el 5,6% recibió orientación entre los 5 y 10 años.

En tanto, el 50.8% no ha iniciado ningún tipo de transición física, mientras que el 68% no se ha realizado tratamientos hormonales y el 92.1% no se ha sometido a cirugías de reasignación genital.

 El desconocimiento sobre donde realizarse el tratamiento hormonal es la principal razón que impide dar ese paso (29,7), seguida por la falta de recursos económicos (28,2%) y el miedo a los prejuicios de los profesionales de la salud (14,3%). Sólo el 9% no desea someterse a este tipo de tratamientos.

En relación a las cirugías de reasignación genital, el 47,7% dice que no puede pagarlo, el 25,6% que no sabe donde conseguirla y el 14,7% que se ve impedido de estos cambios por lo engorroso del sistema. El 14.3% no desea someterse a este tipo de intervenciones

Además, el 76,6% dice que no ha cambiado su nombre y sexo legal pese a querer hacerlo.

En tal sentido, el 80% dice que estaría más cómodo o feliz se hubiera más opciones para la transición corporal y el 90% para el cambio de nombre y sexo legal, mientras que la gran mayoría considera necesario para mejorar su calidad de vida la implementación de políticas públicas contra la discriminación laboral (86%) y contra la exclusión educacional (91%), así como la capacitación a funcionarios públicos sobre la realidad trans (88%).


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Encuesta completa aquí



 


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