Minorías sexuales protestaron contra psicóloga que busca curar la homosexualidad
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La manifestación tuvo lugar en la Universidad Diego Portales con motivo de la IX Jornada Nacional de la Sociedad Chilena de Bioética, donde la profesional presentó su polémica tesis de magíster que propone someter a terapias a niños y niñas, transgrediendo las recomendaciones de la OMS.
Cartas, contactos telefónicos de repudio y una funa fueron parte de las manifestaciones que durante esta semana desarrollaron organizaciones de minorías sexuales en contra de una psicóloga chilena que somete a terapias a sus pacientes para revertir la homosexualidad, transgrediendo con ello las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que considera ese tipo de intervenciones como un serio peligro para la estabilidad física y psicológica de las personas.
Los dardos de la Coordinadora Universitaria por la Diversidad Sexual (Cuds), que alertó sobre las terapias, y del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) fueron dirigidos contra la psicóloga y magíster en bioética de la Universidad Católica, Marcela Ferrer (en la fotografía), quien justamente hoy postuló su ingreso a la Sociedad Chilena de Bioética con su tesis de post grado donde propone revertir la homosexualidad, toda vez que, a su juicio, esa orientación sexual no es natural.
En efecto, tras enviar cartas al director de la Sociedad Chilena de Bioética, Miguel Kottow, y luego de que el Movilh expresara el miércoles pasado telefónicamente su preocupación al presidente de esa entidad, Francisco León, la Cuds organizó hoy la funa en la Universidad Diego Portales, donde Ferrer presentó su tesis en el marco IX Jornada Nacional de Bioética.
En la ocasión el activista de la Cuds, Felipe Rivas, increpó a Ferrer por pasar por alto las conclusiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1992) y restar importancia a la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos (1973) y de la Asociación de Psicología Americana (1975), todas las cuales han concluido que la homosexualidad no es una enfermedad y que, por tanto, no hay nada que curar.
En tanto en las afueras de la Universidad afiches y carteles elaborados por la Cuds parodiaron el “profesionalismo de la psicóloga”, contando la funa con la presencia de activistas del Movilh.
Durante su ponencia la profesional se mantuvo firme en su idea, llegando a señalar que conocía a “500 homosexuales” en terapias o dispuestos a someterse a tratamientos para revertir su orientación sexual, tal y cual lo plantea en su tesis “Percepción infantil de no ser aceptado como factor predisponente a la homosexualidad. Análisis bioético”.
LA TESIS
En el documento Ferrer sostiene que la homosexualidad es producto de conflictos familiares (por ejemplo enfrentamientos entre madre y padre), ausencia de modelos masculinos o femeninos o predominancia de uno de ellos, y rechazo social, entre otros elementos que la llevan a concluir que la orientación sexual es una elección forzada.
Añade que “es un deber investigar las bases de esta condición y las reales posibilidades de ofrecer ayuda en el sentido de revertir la tendencia homosexual para aquellas personas que así lo desean”.
En uno de los puntos más polémicos sostiene que “posibilidad de una terapia reparativa es real y, si bien no se puede siempre garantizar el resultado, en el sentido del logro de una heterosexualidad completa, los progresos en el desarrollo de una identidad más sana son notorios y, en muchos casos, logra alcanzarse un total éxito”.
Más aún, e incluso pasando por alto diversas recomendaciones de Naciones Unidas, como las del Comité de Derechos del Niño que justamente el año pasado advirtió a Chile sobre la importancia de respetar la homosexualidad de los menores de edad, Ferrer plantea que “si se detectan aquellas características significativas en los primeros años y se toman las medidas pertinentes, para permitir que el niño pueda desarrollar una identidad sexual acorde con su naturaleza”, “es posible evitar el desarrollo de las tendencias homosexuales”.
En carta dirigida el miércoles pasado a Kottow el Movilh señaló que es un “deber moral que se niegue el ingreso de esta psicóloga a la Sociedad Chilena de Bioética, primero porque violenta derechos humanos, segundo porque su ejercicio profesional es un peligro para toda persona que pueda ser atendida por ella y tercero porque sus estudios no tiene el rigor científico, ni académico toda vez que omite un aspecto tan crucial como las conclusiones de la OMS”.
Agregó que “hasta la fecha no hay ningún estudio científico no vinculado a alguna religión que dé crédito a opiniones como las descritas, existiendo consenso de que provocan un profundo daño en las personas, muchas de las cuales han optado por suicidarse al recibir orientaciones como las dadas por este tipo de profesionales”.
En tanto, en conversación telefónica, el presidente de la Sociedad Chilena de Bioética, Francisco León, aclaró al Movih que su institución no tiene una postura oficial sobre la homosexualidad, y por lo mismo invito a las minorías sexuales organizadas a sumarse a futuros debates del tema.
“De todas formas, expresamos también nuestra preocupación al Departamento de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, quien viene trabajando con nosotros desde el 2003 precisamente para denunciar e impedir todo tipo de discriminación contra nuestro sector”, puntualizó el Movilh.
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