Junto con dejar una carta, el Movilh desplegó la bandera LGBTIQ.
En la ocasión el Movimiento desplegó las banderas LGBTIQ+.
En referencia al discurso que Milei dio el pasado 23 de enero en el Foro Económico Mundial, celebrado en Davos, Suiza, el Movilh señaló en su misiva, dirigida al embajador argentino Jorge Faurie, que el mandatario “ha dicho que la homofobia y la transfobia son un invento y que las personas LGBTIQ+ abusan del victimismo, además de asociarlas con delitos, crímenes, la pedofilia y el experimento con niños, niñas y adolescentes. Todo ello, basado exclusivamente en una apreciación prejuiciosa y discriminatoria que daña la dignidad humana en razón de la orientación sexual, la expresión de género y la identidad de género, llegando al extremo de calificar como una “imposición” el respeto a los derechos humanos”.
Lo vocera del Movilh, Javiera Zúñiga, recordó que “Argentina fue un país pionero en América Latina en implementar medidas a favor de la igualdad y de la no discriminación sirviendo de ejemplo a otros Estados y sociedades, además de haber sido una luz y una esperanza para las personas LGBTIQ+ habitantes de países que estigmatizan o niegan derechos solo en razón de su orientación sexual o la identidad de género. Se trata de un legado precioso y de comprobada relevancia que debe mantenerse, cuidarse, en vez de boicotearse o denostarse hasta el punto de generar temor e incertidumbres entre las personas LGBTIQ+ de su país”.
La carta del Movilh fue entregada en el marco de las manifestaciones del “Orgullo Antifascista y Antirracista” convocadas en todo el mundo por organizaciones LGBTIQ+ y de derechos humanos de Argentina.
El discurso de odio de Milei
“Desde estos foros se promueve la agenda LGBT, queriendo imponernos que las mujeres son hombres y los hombres son mujeres solo si así se autoperciben. Y nada dicen de cuando un hombre se disfraza de mujer y mata a su rival en un ring de boxeo, o cuando un preso alega ser mujer y termina violando a cuanta mujer se le cruce por delante en la prisión. Sin ir más lejos, hace pocas semanas fue noticia en todo el mundo el caso de dos americanos homosexuales que enarbolaron la bandera de la diversidad sexual y fueron condenados a 100 años de prisión por abusar y filmar a sus hijos adoptivos durante más de dos años”
Quiero ser claro que cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente al abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto quiero saber quién avala esos comportamientos. Están dañando irreversiblemente a niños sanos mediante tratamientos hormonales y mutilaciones, como si un menor de 5 años pudiera prestar su consentimiento a semejante cosa.
Y si ocurriera que su familia no está de acuerdo, siempre habrá agentes del Estado dispuestos a interceder en favor de lo que ellos llaman el interés del menor. Créanme que los escandalosos experimentos que hoy se realizan en nombre de esta ideología criminal serán condenados y comparados con aquellos ocurridos durante las épocas más oscuras de nuestra historia. Y cubriendo esta multitud de prácticas abyectas está el eterno victimismo, siempre dispuesto a disparar acusaciones de homofobia, transfobia y otros inventos cuyo único propósito es intentar callar a quienes denuncian este escándalo de que las autoridades nacionales e internacionales son cómplices.
Por otro lado, en nuestras empresas, instituciones públicas y casas de estudios, el mérito fue dejado de lado por la doctrina de la diversidad, que implica un retroceso hacia los sistemas nobiliarios de antaño. Se inventan cupos para cuantas minorías se le ocurra a los políticos que lo único que hacen es atentar contra la excelencia de esas instituciones”.
Tras las críticas contra sus dichos, el pasado 26 de enero el presidente Milei faltó a la verdad al señalar que «todos se montaron a una campaña de indignación frente a supuestas cosas que nunca dijimos, con el solo fin de hacer daño y anotarse un poroto (punto) político en la pequeña disputa electoral argentina”.
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