El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) expresó hoy su total solidaridad con el periodista de Canal 13, Andrés Caniulef, quien fue ofendido en la rutina del personaje Yerko Puchento del pasado 11 de enero, durante el último capítulo del programa “Vértigo” del mismo medio de comunicación.
En la ocasión el personaje interpretado por Daniel Alcaíno, simuló leer en primera persona un diario de vida de Caniulef, indicando que “Carahue 1991: mai mai diario, iñi piñi tupe maranko. En la noche con un amigo estuvimos tocando la trutruca. Estuve toda la noche haciendo indios pícaros, que es lo que más me gusta. Todos los años sueño que muero como Caupolicán. No me molesta tanto el sueño. Ahora te dejo porque quiero volver a soñar”.
Caniulef calificó al hecho como “un lamentable y vergonzoso episodio de racismo y también de homofobia disfrazado de humor (…) No es exagerado decir que la sociedad chilena, por años y en su mayoría, ha mirado con desdén al pueblo mapuche, etnia originaria de nuestro país y cuya genética está presente en el 99% de quienes están leyendo mis palabras. Hablamos de una cultura milenaria, subvalorada y ahora denostada por un personaje televisivo que, se supone, no tiene otro afán que entretener y hacer reír”.
Añadió, en carta el director publicada por El Mercurio, que “eso no es todo. Ni siquiera esa arista fue suficiente. El libreto del último capítulo de «Yerko Puchento» sumó un texto virulento de una homofobia evidente y donde también fui yo el aludido. La Ley Zamudio permite hoy que actos denigrantes hacia las personas homosexuales, lesbianas y transexuales tengan castigo, pero son (somos) los medios de comunicación, y quienes trabajamos en ellos, quienes debemos dar el ejemplo correcto y no el equivocado como ocurrió en Vértigo».
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En ese sentido, el Movilh expresó “toda nuestra solidaridad con Caniulef, pues fue ofendido en el marco de una rutina de humor», al tiempo que repudió que el libreto “en cuestión hubiese usado la orientación sexual o la etnia de las personas, como si estas características por si solas fuesen motivo de risas o burlas. Una cosa es reírse con las personas y, la otra, de las personas, siendo este último punto el cuestionable y reprochable”.
Reacción del Movilh
A continuación se reproduce la declaración completa del Movilh.
En relación al malestar del periodista Andrés Caniulef por una rutina de Yerko Puchento que calificó de racista y homofóbica, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) expresa:
1.- Toda nuestra solidaridad con Caniulef, en tanto él se sintió ofendido en razón de una rutina de humor basada en la orientación sexual y la etnia de las personas.
A nuestro entender, la discriminación tiene lugar cuando alguien se ve violentado en razón de una particularidad social, cultural o natural. Es decir, no basta con que una rutina, en este caso de humor, no tenga como intención discriminar, pues debe tenerse en consideración si en la práctica la misma termina excluyendo u ofendiendo a una o más personas, como ha ocurrido en este caso con el periodista.
2.- Nuestro deber como organización es atender y escuchar a personas que se sienten violentadas o denigradas en razón de la orientación sexual y en ese sentido nos corresponde brindar todo nuestro respaldo a la crítica y molestia de Caniulef, la cual consideramos del todo respetuosa, digna, justa y, en especial, constructiva.
3.- Valoramos y respetamos la hermosa labor que juega el humor para entretener a las personas y contribuir a mejorar su estado de ánimo, muchas veces con críticas sociales e invitándonos a reír de nosotros mismos, labor que en distintas ocasiones ha jugado el personaje interpretado por Daniel Alcaíno, llegando incluso a mofarse de la homofobia, sin embargo, lamentablemente su última rutina escapó de ese espíritu.
4.- Los libretos del señor Alcaíno han demostrado que no necesitan recurrir a prácticas discriminatorias o denigrantes para alcanzar el éxito, por lo que resulta especialmente lamentable que en su última rutina hubiese usado la orientación sexual o la etnia de las personas, como si estas características por si solas fuesen motivo de risas o burlas. Una cosa es reírse con las personas y, la otra, de las personas, siendo este último punto cuestionable y reprochable.
5.- El humor busca el bienestar de las personas y si en uno o más casos no cumple con ese objetivo, y por el contrario termina dañando la dignidad de uno o más seres humanos, lo que corresponde es hacer una autocrítica y prevenir que en el futuro hechos de este tipo vuelvan a ocurrir.
6.- A diferencia de lo sucedido con otros humoristas, que han persistido en prácticas discriminatorias, confiamos en que el señor Alcaíno tomará esta situación como un aprendizaje.
7.- De la misma manera, aplaudimos que el señor Caniulef levante la voz frente a lo que considera injusto o discriminatorio, pues ello enriquece el debate sobre la igualdad, la no discriminación y los derechos humanos.
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