Luego de que surgieran nuevos antecedentes sobre los abusos contra menores cometidos por algunos sacerdotes, el obispo volvió a denostar a quienes tienen una orientación sexual diversa.
Representantes de la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica insisten en repudiar y sancionar la homosexualidad cada vez que se conocen nuevos antecedentes sobre los atroces abusos de menores cometidos por sacerdotes, estableciendo “vinculaciones injustificadas, odiosas y oportunistas entre la orientación sexual, la pedofilia y la pederastia”, señaló hoy el Movilh.
En efecto, luego de que una de las víctimas de los abusos de sacerdotes, James Hamilton, entregara nuevos datos sobre los atropellos padecidos, el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz, expresó ayer en Radio Agricultura su malestar porque “se siga esta misma idea de atacar a la Iglesia como que nosotros estemos escondiendo estas cosas”.
Acto seguido, y en referencia a la homosexualidad, dijo “que no hay lugar en la Iglesia para personas que tengan desviaciones de este tipo”, mientras que en relación a las críticas vertidas por el Movilh por la discriminación religiosa que padecen las minorías sexuales, el obispo añadió que dicha organización “está en una antropología que es errada”.
Sobre la materia, el Movilh criticó que “una vez más nos encontremos frente a la homofobia de un obispo. Es claro que la Alta Jerarquía de la Iglesia está empeñada en presentar a la homosexualidad como la causa de los abusos contra menores, una estrategia perversa e inhumana”.
El Movilh recordó que el obispo González Errázuriz “fue uno de los gestores de que la docente Sandra Pavez esté desde el 2007 impedida de hacer clases en Chile sólo por ser lesbiana, pese a tener ella a un currículum académico y laboral intachable”.
En ese sentido, el organismo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales llamó a González Errázuriz a analizar “sus propios errores que han derivado en violentas discriminaciones. Debe hacerse cargo de las atrocidades que ha cometido por el bien de la sociedad y de todos esos curas y monjas inocentes, sean lesbianas o gays, que ven como su propia institución los afecta con lapidarios y humillantes discursos”.
Notas relacionadas: