Sobre el abuso y distorsión religiosa.
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Días atrás salió publicado en el diario Las Últimas Noticias un aviso de grupos evangélicos para oponerse a variados derechos de las personas homosexuales, como el matrimonio.
En el texto, del pasado 9 de julio, se citó a Romanos, capítulo I, versículos 26 y 27, presentando como prueba del odio de Dios hacia los homosexuales la siguiente frase: “se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”
Debemos evitar a toda costa que alguna persona, algún ser humano homosexual o lesbiana, atente contra su vida por haber leído semejante falsedad publicada.
La pregunta que todos nos debemos hacer es, ¿realmente Dios odia tanto a los homosexuales?
Como ex teólogo católico, puedo decir con fundamento, que Dios ama a TODOS. Jamás, en mis más de 10 años de estudios teológicos y escrituristicos, he encontrado un solo texto, donde sea Dios mismo quien ejecute una afirmación de carácter negativo hacia las personas homosexuales.
Lo digo claramente, DIOS NO ODIA NI AL HOMOSEXUAL, NI AL ESTADO HOMOSEXUAL.
Todo ser humano es llamado por Dios. Jamás Jesús, a quien yo adoro como al Hijo de Dios, mencionó una sola palabra o frase que incite al odio o la discriminación.
La pasión por Dios me insta a escribir muchas cosas, pero trataré de hacer una interpretación del texto y retraducirlo, ubicándolo en su contexto histórico y arqueológico, sin el cual, se presta para una mala interpretación, pero además, ubicarlo en una correcta traducción del griego al español.
Sé que muchos hermanos cristianos protestantes y católicos se enfurecerán conmigo, pero como pastor y obispo, no tengo compromisos económicos, ni morales con ninguno de ellos.
Nosotros como comunidad no lucramos con la fe y, ante todo, por respeto a la palabra de Dios, no puedo quedarme sin traducir bien el texto, evitando así que se en su nombre para discriminar a seres humanos.
El texto citado es CARTA A LOS ROMANOS CAPITULO 1 DEL VERSO 26 AL 27. La traducción que hace esta comunidad protestante, la pueden ver aquí .
Uno de los grandes problemas de quienes intentaron mostrar el cristianismo a los romanos, fue la cantidad de ritualidades que poseían en dicha localidad.
Para nuestra cultura es difícil entender, pero una forma fácil de hacerlo es mirar una iglesia (edificio) católica que tenga más de 40 años. Si usted entra, verá una serie de estatuas, cada cual, con una caja para limosna. Los romanos tenían lugares similares y se hacían estatuas de sus divinidades, ordenadas según las necesidades de las personas; fertilidad, trabajo, salud, protección, etc. Se pedía el favor y luego se dejaba dinero a cambio del favor solicitado.
Como pueden leer, esto no se diferencia de la actual estructura religiosa de la iglesia católica.
Pues bien, a dicha ritualidad cotidiana hay que sumar los “RITOS ORGIÁSTICOS”.
Dichos ritos tenían por objetivo alcanzar favores y suertes muy importantes. Implicaba un grado directo de conexión con dichas divinidades y, para ello, se practicaba sexo grupal, con una finalidad de ofrecer la energía del placer sexual.
Lógicamente no era un sexo organizado, sino más bien un sexo aleatorio, y por ende, existía la posibilidad cierta de practicar sexo entre hombres y entre mujeres, turnando las parejas según fuera pidiendo quien dirigía el rito.
El objetivo principal: OBTENER BIENES, PODERES SOCIALES, GANAR GUERRAS, etc. Este acto de codicia sin límite, de no pensar en el prójimo para conseguir tus objetivos es el que Pablo insta a dejar a un lado, más aún, cuando todos están siendo testigos de la caída de Roma como potencia económica.
El texto, no usa la palabra pasión en el sentido que nosotros socialmente podemos darle, sino como un sinónimo de codicia. «POR ESO, DIOS LOS ENTREGO A SU CODICIA INFAME (SIN LIMITE)». Epithumia, de la cual habla el texto, significa entre otras muchas cosas, «codicia».
La publicación se refiere a personas que buscan adquirir bienes obteniéndolos de dioses o muertos, usando sus ritos orgiásticos para sus fines. Es un texto relativo a la codicia sin límite, incluso, a venderse para obtener dinero, vendiendo tu naturaleza y tu alma a la codicia.
El texto está dirigido a la comunidad Romana, la cual está compuesta por HETEROSEXUALES Y HOMOSEXUALES. Jamás hace un llamado especial a homosexuales, sino que insta a toda la comunidad a no seguir participando de dichos cultos, y con ello controlar su ambición de poder y dinero.
Espero poder servir de ayuda a todos quienes se auto cuestionaron, a todos los que creyeron que Dios los odia, o que los repudia. Dios nos ama a todos, tal y como somos, por algo “(JESUS) HABIENDO AMADO LOS SUYOS QUE ESTABAN EN EL MUNDO, LOS AMO HASTA EL EXTREMO” Juan 13, 1.
Que Dios los bendiga.
Pastor Mauricio Pulgar.
@iristos