Un supervisor lo trató de “hueco”, “maricón” y, tocando sus partes íntimas, lo amenazó con golpearlo hasta que “termines como Zamudio”. La empresa nada hizo, hasta que la Inspección del Trabajo confirmó la denuncia. Sin embargo, los acosos continuaron, cambiándose las condiciones laborales y hasta negándose un certificado que el trabajador, de nacionalidad uruguaya, necesitaba para tramitar su residencia.
Con el respaldo del Movilh, un ciudadano presentó hoy una demanda por homofobia contra Ripley, donde padeció constantes y graves hostigamientos en razón de su orientación sexual mientras se desempeñó como ejecutivo de atención telefónica, entre junio del 2013 y agosto del 2015.
La demanda bajo la Ley Zamudio fue patrocinada por la abogada del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, Movilh, Melisa Manfredi, y en la misma se precisa que gran parte de los hostigamientos fueron corroborados por una investigación de la Inspección del Trabajo.
El afectado relató que “desde diciembre del 2013 el supervisor de Ripley, Rodrigo García González, comenzó a tratarme de manera abusiva debido a mi orientación sexual, amenazándome constantemente con enviarme cartas de amonestación y presionándome por la duración de las llamadas”.
Añadió que “el maltrato de Rodrigo García González era diario, se refería a mí con frases como “hueco”, “cola” o “maricón” y “ponte ready”, dejándome en ridículo frente a mis compañeros. Además se tocaba sus partes íntimas cuando se refería a mí. En una ocasión lo escuché diciéndole a otra persona que “si me llegan a echar, yo me rapo, me visto de negro, me pongo bototos y le saco la concha de su madre, porque soy medio nazi””
El trabajador denunció el caso ante el gerente de Ripley, Rubén Sepúlveda, la sub gerente, Pili Aguilera y la jefa de recursos humanos, Karen Moreno, “sin embargo ninguno de ellos realizó gestión alguna”, denuncia Seaone.
La situación de abusos y vulnerabilidad obligó al trabajador a tomar constantes licencias médicas por depresión y gastritis nerviosas, hasta que se decidió a denunciar el hecho ante la Inspección del Trabajo.
Tras una investigación, la Inspección del Trabajo concluyó que “fue posible establecer que el supervisor Sr. García ha dado un trato distinto al denunciante basado en su orientación sexual. El supervisor se ha referido al denunciante como “huego, gay, maricón, vas a terminar como Zamudio”, “maricón ponte en ready”, “te gusta que te rompan el hoyo”; lo que claramente ha vulnerado la honra del trabajador”.
El 10 de septiembre de 2014, y sólo por orden de la Inspección del Trabajo, se llegó a un acuerdo con la empresa, la que comprometió realizar una capacitación en materia de derechos humanos, además de ofrecer disculpas al afectado. Sin embargo los acosos de Rodrigo García continuaron, de manera más agresiva y hostil.
“Intenté nuevamente hablar con mi jefatura directa, obteniendo el mismo resultado que las veces anteriores: la empresa no tomó medidas”, añadió el afectado.
Tras la denuncia “mis condiciones del trabajo fueron modificadas unilateralmente. Me cambiaron de puesto de trabajo, alejándome de mis compañeros, me monitoreaban constantemente y me evaluaban sólo las llamadas de 30 segundos, lo que produjo un perjuicio en mi rendimiento y por lo tanto en los bonos que obtenía. Además comenzaron a negarme cualquier tipo de permiso que solicitara. La situación llegó a tal punto que mi empleador me negó un certificado laboral que necesitaba para tramitar mi residencia definitiva en el país, el que solo emitió una vez que lo denuncié nuevamente en la Inspección del Trabajo el 23 de enero de 2015”, precisó el afectado.
Finalmente, y sólo a raíz de sus contantes y justificadas denuncias, Ripley despidió a Seoane “por necesidades de la empresa”, la “manera de más habitual de ocultar las verdades razones de un despido, en especial cuando se trata de personas que acusan discriminación por su orientación sexual o identidad de género”, indicó el Movilh.
Manfredi, la abogada del Movilh, precisó que Ripley “vulneró el artículo 2 de la Zamudio, el cual prohíbe la discriminación por orientación sexual, así como variados derechos del artículo 19 de la Constitución Política, como son la igualdad ante la ley y la prohibición de diferencias arbitrarias”.
El Movilh puntualizó que “estamos en presencia de hechos brutales de discriminación, todos corroborados con testigos, documentos y grabaciones. Intentamos llegar a un acercamiento de Ripley con el trabajador, pero la empresa se negó, al igual como lo hizo el año pasado otra multitienda, París, la que finalmente fue sancionada por tribunales. Esperamos en este caso, correr la misma suerte y que se haga justicia”.
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