Este sitio, creado por el Movilh, nace para orientar y contribuir a mejorar las condiciones sociales, legales y culturales de quienes tenemos una identidad de género diversa, promoviendo la igualdad de derechos y deberes.
Las personas trans (transexuales, transgéneros o intersexuales) nacemos con un sexo biológico diferente al de nuestra identidad de género. También nos asignan al momento de nacer un sexo y un nombre legal que no nos identifica.
Desde temprana edad tenemos la convicción de que somos mujeres, hombres o personas no binarias, aún cuando algunas de nuestras características corporales estén más asociadas al sexo asignado al nacer que al género que nos identifica.
En una sociedad donde importan más las apariencias que los sentimientos, la situación es muy compleja: siendo mujeres, nos ven y tratan como hombres. O, siendo hombres, nos ven y tratan como mujeres. O siendo personas no binarias, nos obligan a definirnos como hombres o mujeres, pese que ninguna de esas categorías nos identifica.
Sin quererlo, ni saberlo, nuestras familias se equivocan al asignarnos nombres o al tratans o vestirnos de una manera que no nos representa. También nos miran con extrañeza cuando expresamos gestos, comportamientos o ideas que se supone no deberían ser de “un niño” o “una niña”.
Cuando vamos al colegio los problemas continúan porque la división de roles masculinos y femeninos es mayor y más pública.
Así, pasamos buena parte de nuestra infancia y adolescencia sin entender por qué debemos usar baños de niñas, cuando somos niños, o baños de niñas, siendo niños. Sin entender porque los docentes, al pasar lista, nos nombran delante de otros como no queremos, además de obligarnos a usar un uniforme que no nos representa.
No es extraño, entonces, que muchas personas trans desertemos del colegio, sin terminar nuestros estudios básicos o medios.
Con o sin estudios o profesión, muchas y muchos comenzamos a ser lo que realmente somos fuera de nuestros hogares. Y con mucha dificultad, pues para encontrar trabajo exigen que tu el sexo y nombre de tu cédula coincida con tu apariencia física o expresión de género.
¿Qué hacer en una sociedad donde la ignorancia sobre la transexualidad es tan alarmante?
Si hay apoyo en las familias, podremos contar lo que nos pasa y serán nuestros propios padres o madres quienes nos ayudarán a comprender la diversidad y nos orientarán para la transición social, legal y médica que nos permita ser vistos y tratados como somos.
Si las familias no entienden y no apoyan, es probable que vayamos reprimiendo nuestra identidad y nos auto-obliguemos a proyectar durante mucho tiempo una apariencia de hombres o mujeres que no nos identifica. En estos casos no debemos dejar que el tiempo pase. Debemos ponernos como meta buscar orientación en el plazo más breve posible, por ejemplo en organizaciones de derechos humanos como el Movilh.
Es evidente que todas las personas trans necesitamos, información, orientación y ayuda.
En la actualidad es posible ver a personas trans felices en espacios educacionales y laborales antes impensados, así como a niñas, niños y niñes viviendo su identidad desde la más temprana edad gracias al apoyo de sus familias. Es cierto, estos casos son excepcionales aún, pero ya existen y son una esperanza de que las condiciones de vida serán cada vez mejores.
Nunca olvidemos que los y las trans somos tan diversos como quienes no son trans. La gran diferencia es que producto de la ignorancia y la discriminación, debemos dedicar tiempo valioso de nuestras vidas a ser vistos, reconocidos y tratados como lo que somos.
Todas y todos
podemos contribuir a erradicar esta gran diferencia, primero
informándonos, luego empatizando y, por último, tratando en igualdad de
condiciones a quienes nos rodean, sin discriminación de ningún tipo.